Los Cuatro Amigos y el Perrito Perdido
Había una vez en el bosque encantado un grupo de animalitos muy curiosos y juguetones. Había un conejito saltarín llamado Pompón, una ardillita traviesa llamada Nuez, un pajarito cantor llamado Trino y una mariposa colorida llamada Ala.
Un día, los cuatro amiguitos decidieron ir de excursión al río para jugar y explorar juntos. Mientras caminaban por el bosque, se encontraron con la Rana Sabia, quien les dijo: "¡Hola pequeños amigos! Hoy vamos a aprender sobre los cuantificadores.
¿Saben qué son?""¿Qué son cuantificadores?", preguntó curioso Pompón. La Rana Sabia les explicó que los cuantificadores son palabras que nos ayudan a saber cuántas cosas hay o en qué cantidad suceden las cosas.
Les dio algunos ejemplos como —"uno" , —"dos" , —"muchos" y —"pocos" . Los animalitos estaban emocionados por aprender algo nuevo y decidieron poner en práctica lo que habían aprendido durante su día de aventuras. Primero encontraron una familia de patitos nadando en el río.
"¡Miren chicos, hay tres patitos!", exclamó Nuez emocionada. Luego vieron un árbol lleno de frutas deliciosas. "¡Hay muchas manzanas en ese árbol!", dijo Trino sorprendido. Después se toparon con unas flores preciosas en el prado.
"¡Qué lindas flores! Hay pocas margaritas blancas pero muchas violetas moradas", observó Ala detalladamente. Los animalitos estaban felices de poder usar los cuantificadores para describir lo que veían a su alrededor mientras disfrutaban de su día juntos.
Pero la aventura no había terminado aún. De repente, escucharon un ruido extraño proveniente del arbusto cercano. Con valentía, se acercaron despacio y descubrieron a un perrito perdido que estaba llorando porque no encontraba su camino de regreso a casa.
"Oh no, pobrecito perrito", expresó preocupado Pompón. Los amigos decidieron ayudar al perrito perdido y usaron sus conocimientos sobre cuantificadores para guiarlo hasta su hogar.
Le dijeron: "Vamos a caminar dos pasos hacia adelante, luego giramos a la derecha y verás tu casita". El perrito siguió las indicaciones de los amiguitos y finalmente llegó felizmente a su casa donde lo esperaba su familia con alegría.
"¡Gracias amigos por ayudarme! Ahora sé cómo encontrar mi hogar usando los cuantificadores", dijo contento el perrito antes de despedirse y entrar corriendo a jugar con sus hermanitos.
Los animalitos regresaron al bosque encantado sintiéndose orgullosos por haber usado los cuantificadores no solo para describir cosas bonitas sino también para ayudar a alguien necesitado como el perrito perdido. La Rana Sabia los felicitó por ser tan inteligentes y solidarios, demostrándoles que aprender cosas nuevas puede ser divertido e útil al mismo tiempo.
Y así terminó este día inolvidable lleno de aventuras educativas junto a estos simpáticos amiguitos del bosque encantado.
FIN.