Los Cuatro Detectives Solidarios



Había una vez en un barrio muy tranquilo de Buenos Aires, un grupo de amigos inseparables: Martina, Juan y Lucas.

Ellos iban juntos a la escuela primaria y siempre se divertían jugando al fútbol en el parque después de clases. Un día, la maestra anunció que tendrían que hacer una exposición sobre un tema libre frente a toda la clase.

Martina quería hablar sobre los animales en peligro de extinción, Juan sobre las estrellas y planetas, y Lucas sobre los dinosaurios. -¡Qué emoción! ¡Vamos a ser los mejores de la clase con nuestras exposiciones! -dijo Martina entusiasmada. Pero a medida que pasaban los días, los tres amigos comenzaron a tener problemas para concentrarse en sus investigaciones.

Martina no encontraba suficiente información relevante, Juan se confundía con los nombres de las constelaciones y Lucas no entendía cómo eran las épocas prehistóricas.

Una tarde, mientras estaban en el parque pensando en cómo resolver sus problemas escolares, apareció Mateo, un niño nuevo en el barrio que también estaba teniendo dificultades con su exposición sobre el sistema solar. -¿Ustedes también tienen problemas con sus temas? -preguntó Mateo sorprendido. -Sí, no podemos encontrar la información correcta para nuestras presentaciones -respondió Lucas desanimado.

-¡Yo tampoco! No sé por dónde empezar con mi proyecto -se lamentó Mateo. Los cuatro niños decidieron unir fuerzas y ayudarse mutuamente. Se reunían todas las tardes después de clases para investigar juntos en la biblioteca del barrio.

Martina compartió sus libros sobre animales en peligro de extinción, Juan explicó cómo identificar las constelaciones más importantes, Lucas mostró imágenes impresionantes de diferentes especies de dinosaurios y Mateo trajo datos curiosos sobre los planetas del sistema solar.

Gracias al trabajo en equipo y la solidaridad entre amigos, lograron superar sus dificultades escolares y prepararon unas exposiciones increíbles. El día de las presentaciones llegó y cada uno habló con seguridad y entusiasmo frente a toda la clase.

Los aplausos resonaron en el salón y la maestra felicitó a Martina, Juan, Lucas y Mateo por su esfuerzo y dedicación.

Desde ese día, los cuatro amigos entendieron que pedir ayuda cuando lo necesitas no es señal de debilidad sino todo lo contrario: es muestra de valentía y humildad. Juntos descubrieron que enfrentar los problemas escolares con compañerismo hace todo más fácil y divertido. Y así siguieron creciendo juntos como grandes amigos dispuestos a apoyarse siempre.

FIN.

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