Los cuatro gusanos emocionales



Había una vez en un hermoso jardín, cuatro gusanos muy especiales: Amora, Alegro, Tristán y Enojín. Cada uno de ellos representaba una emoción: amor, alegría, tristeza y enojo. Siempre estaban juntos y se divertían mucho, pero un día, algo inesperado sucedió.

Un fuerte viento sopló y los gusanos terminaron en diferentes partes del jardín. Amora estaba preocupada por no saber dónde estaban sus amigos, Alegro saltaba de hoja en hoja buscándolos, Tristán se sentía muy triste pensando que no los volvería a ver, y Enojín, al no encontrarlos, estaba cada vez más enojado.

Después de mucho buscar, finalmente se reencontraron. Sin embargo, en lugar de estar felices, comenzaron a discutir. "¡Estaba tan preocupada por ustedes, no entiendo cómo pudieron perderse!" dijo Amora. "¡Déjame en paz, no tienes idea de lo asustado que estaba!" gritó Tristán. "Yo me cansé de buscarlos, son unos inútiles" dijo Enojín molesto. "¡Basta!" exclamó Alegro, "debemos calmarnos y escucharnos, no podemos pelear entre nosotros".

Después de un momento de silencio, se miraron y entendieron que no era bueno pelear. Decidieron hablar y expresar cómo se sentían. Amora se disculpó por su excesiva preocupación, Tristán compartió lo triste que se había sentido al perderlos, Enojín explicó que su enojo venía del miedo a no encontrarlos, y Alegro les recordó lo importante que era mantenerse unidos.

A partir de ese día, los cuatro gusanos aprendieron a comunicarse cuando se sentían mal, a entenderse y a ayudarse mutuamente. Comprendieron que todas las emociones eran válidas, pero que era fundamental expresarlas de manera positiva.

Juntos volvieron a ser grandes amigos, disfrutando de su compañía en el hermoso jardín.

FIN.

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