Los Defensores Solares



Había una vez en la ciudad de Buenos Aires, tres amigos muy especiales: Dorian, Hull y el Hombre Araña. Cada uno tenía habilidades diferentes pero juntos formaban un equipo invencible.

Un día, mientras paseaban por la ciudad, escucharon a una señora pidiendo ayuda. Se acercaron y descubrieron que su gato había quedado atrapado en un árbol muy alto y no sabía cómo bajar. "No te preocupes señora, ¡nosotros lo ayudaremos!" dijo entusiasmado Dorian.

Pero cuando intentaron subir al árbol, se dieron cuenta de que era demasiado alto para ellos. Fue entonces cuando el Hombre Araña decidió poner en práctica sus habilidades trepadoras y logró rescatar al gato sano y salvo.

La señora estaba tan agradecida que les ofreció unas ricas empanadas como muestra de su gratitud. Mientras comían las empanadas, Hull propuso hacer algo aún más grande: salvar al planeta tierra.

Los tres amigos pensaron durante horas sobre cómo podrían hacerlo hasta que finalmente llegaron a una idea brillante: construir paneles solares para generar energía limpia y así reducir la contaminación del aire.

Fue un proyecto difícil pero con trabajo en equipo lograron construir los paneles solares e instalarlos en los techos de los edificios más altos de la ciudad. El resultado fue increíble: la ciudad empezó a ahorrar energía eléctrica y el aire se volvió más limpio gracias a la reducción de gases tóxicos. Pero su aventura no terminaba allí.

Un día descubrieron que un grupo de delincuentes estaba robando en una tienda cercana. No lo pensaron dos veces y corrieron a ayudar. "¡Alto ahí! ¡Dejen de robar!" gritó Hull con valentía.

Los delincuentes intentaron huir pero Dorian, gracias a su velocidad, logró atraparlos. Los entregaron a la policía y así evitaron que siguieran cometiendo delitos. Después de todas estas aventuras, los tres amigos se dieron cuenta de que juntos podían hacer grandes cosas por el mundo.

Y así fue como se convirtieron en los defensores de la ciudad, siempre listos para ayudar a quien lo necesitara. Y colorín colorado, este cuento ha terminado.

FIN.

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