Los detectives del hambre
Había una vez en la ciudad de Buenos Aires, dos detectives muy especiales llamados Juanito y Anita. Estos detectives no solamente resolvían misterios, sino que también tenían una misión muy importante: luchar contra el hambre en su comunidad.
Un día, mientras paseaban por el parque, Juanito y Anita se encontraron con un niño llamado Martín. Este niño tenía una mirada triste y su estómago hacía ruidos extraños. "Hola Martín, ¿qué te pasa?", preguntó Juanito preocupado.
"No tengo nada para comer", respondió Martín con voz débil. Juanito y Anita se miraron entre sí y supieron que debían ayudar a Martín. Decidieron investigar qué estaba pasando con la comida en la ciudad.
Los dos detectives comenzaron a recorrer los supermercados de la zona para buscar pistas sobre lo que estaba ocurriendo. Encontraron carteles que decían "Oferta especial: ¡Descuento del 50%!" pero también notaron algo extraño: muchos productos tenían precios altos antes del descuento.
Algo no cuadraba. Decidieron seguir investigando y visitaron las fábricas donde se producía la comida. Descubrieron que había mucha producción de alimentos, pero también vieron a algunos trabajadores llevándose cajas escondidas en sus mochilas.
"¡Eso no está bien!", exclamó Anita indignada. Juanito tuvo una idea brillante para resolver el problema: utilizar sumas y restas para encontrar al culpable del robo de comida. Si lograban equilibrar las cuentas, podrían saber quién era el responsable.
Con mucho trabajo e ingenio, Juanito y Anita comenzaron a hacer cálculos y sumas de los productos que se producían en las fábricas. Descubrieron que había una gran cantidad de comida que no estaba siendo registrada correctamente. "¡Aquí está el problema!", exclamó Juanito emocionado.
Los detectives se dieron cuenta de que alguien estaba robando la comida y vendiéndola a precios altos, dejando a muchas personas sin poder comprar alimentos.
Decidieron seguir el rastro del dinero y descubrieron que un hombre llamado Don Ramón era el responsable. Este hombre tenía una gran fortuna acumulada gracias al robo de comida. Juanito y Anita no podían dejar que esto siguiera ocurriendo, así que planearon una estrategia para atrapar a Don Ramón.
Con la ayuda de la policía, lograron detenerlo y recuperar toda la comida robada. Martín, junto con muchas otras personas necesitadas, recibió alimentos suficientes para comer gracias al trabajo incansable de los detectives.
A partir de ese día, Juanito y Anita se comprometieron a seguir luchando contra el hambre en su comunidad. Utilizarían las sumas y restas como herramienta para encontrar soluciones justas y equitativas en la distribución de alimentos.
Y así fue como estos dos valientes detectives demostraron que las matemáticas pueden ser mucho más poderosas cuando se utilizan para ayudar a los demás. Juntos lograron cambiar su ciudad y hacerla un lugar mejor para todos.
FIN.