Los Dinosaurios de la Isla Fantástica



En una colorida selva de Colombia, existía una isla escondida entre brumas y ríos, llamada Isla Fantástica. En esta isla, los dinosaurios no solo eran criaturas gigantes y misteriosas, sino que además, cada uno poseía un superpoder único.

Un día, dos amigos, Sofía y Lucas, decidieron explorar la isla después de escuchar historias increíbles sobre ella. Sofía era valiente y siempre estaba lista para la aventura, mientras que Lucas era más cauteloso, pero le encantaba la idea de conocer dinosaurios.

"¿Estás listo, Lucas?", preguntó Sofía con una gran sonrisa.

"Sí, pero... ¿y si encontramos un dinosaurio que nos quiera comer?", respondió Lucas un poco nervioso.

"No te preocupes, ¡nosotros tenemos un plan!", dijo Sofía, mientras levantaba un mapa que había encontrado en un libro.

Los amigos tomaron un bote de madera y, tras muchas horas de viaje, llegaron a la isla. Allí, entre árboles altos y flores brillantes, encontraron a su primer dinosaurio: un enorme Tiranosaurio Rex que podía volar.

"¿Volador? Yo pensé que solo corrían", comentó Lucas asombrado.

"¡Hola, amigos! Soy Rexy, y sí, puedo volar! ¿Están listos para una aventura?", rugió el dinosaurio con alegría.

"Sí!", gritaron Sofía y Lucas al unísono.

Rexy llevó a los chicos en un emocionante paseo por la isla. En su vuelo, encontraron a una Triceratops llamada Trixie, que tenía súper fuerza. Trixie estaba ayudando a unas tortuguitas a cruzar un río.

"¡Hola, Trixie!", saludó Sofía.

"¡Hola, amigos! ¿Quieren ver cómo ayudo a mis amigos?", preguntó Trixie, mientras levantaba un árbol caído con una sola pata para crear un puente.

"¡Wow! ¡Eso es asombroso!", exclamó Lucas.

Después de ayudar a las tortuguitas, Rexy y Trixie llevaron a los chicos a conocer a otro dinosaurio, un Velociraptor llamado Velo que tenía el poder de la telepatía. Velo podía leer los pensamientos de los demás y ayudar a resolver conflictos.

"Hola, ¿quieren jugar al escondite?", dijo Velo, mientras les sonreía.

"¡Sí! Pero, ¿cómo funcionaría eso con tus poderes?", preguntó Lucas.

"Puedo saber dónde están pensando esconderse", respondió Velo entre risas.

Los chicos jugaron y rieron durante horas, creando lazos de amistad con los dinosaurios. Pero pronto, la diversión se detuvo cuando escucharon un estruendo. Un grupo de dinosaurios se acercaba, y llevaban un gran saco de dinero.

"¿Qué es eso?", preguntó Sofía, asustada.

"¡Eso es dinero robado! Necesitamos detener a esos dinosaurios!", dijo Rexy.

"Pero, ¿cómo? , el dinero no es nuestro. No podemos pelear contra ellos", objetó Lucas.

"Podemos usar nuestros superpoderes para demostrarles que hacer el bien es mejor", sugirió Trixie con determinación.

Los amigos idearon un plan. Velo utilizaría su telepatía para hacer que los dinosaurios se detuvieran y escucharan. Trixie usaría su fuerza para levantar un gran tronco y hacerlo caer al lado del grupo de dinosaurios, y Rexy, al volar, los distraería.

El plan funcionó a la perfección. Rexy voló bajo y atrajo la atención de los dinosaurios, mientras Trixie hizo caer el tronco con un estruendo. Velo, utilizando su telepatía, les hizo entender que debían regresar el dinero y que la verdadera riqueza era ayudar a los demás.

"¡Deja de robar! ¡Ayuda a los demás y serás más feliz!", gritaron los cuatro juntos.

Los dinosaurios, asombrados y algo avergonzados, dejaron el saco de dinero y se unieron a Sofía, Lucas, y sus nuevos amigos. Juntos, comenzaron a ayudar a todos los animales de la isla a resolver problemas y crear una comunidad feliz.

"Mirá lo que podemos lograr juntos", dijo Lucas, sonriente.

"¡Sí! ¡La verdadera riqueza son las amistades y ayudar a los demás!", concluyó Sofía.

Desde ese día, la Isla Fantástica se convirtió en un lugar de unión, donde los dinosaurios y los niños trabajaban codo a codo, promoviendo la amistad, la ayuda y el poder de compartir. Sofía y Lucas aprendieron que, aunque el dinero puede parecer importante, lo que realmente importa son los lazos que formamos y lo que hacemos por los demás.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!