Los Dinosaurios Saltarines y la Gran Aventura Frutal
En un rincón lleno de color de la prehistoria, vivían un grupo de dinosaurios con una energía inagotable. Eran conocidos como los Saltarines, y su pasión por brincar y hacer piruetas era contagiosa. Los protagonistas de esta historia son Dino, una pequeña y alegre diplodocus; Tino, un veloz tiranosaurio; y Lila, una creativa estegosaurio que adoraba pintar.
Un día soleado, Lila decidió organizar una gran fiesta para celebrar su amor por la pintura. La noticia corrió rápido entre los dinos. En la invitación, Lila decía: "¡Vengan todos a mi casa! Haremos una gran mural lleno de colores y frutas."
Cuando llegó el gran día, Dino y Tino saltaron emocionados hacia la casa de Lila. "¡No puedo esperar para ver qué colores usaremos!" -exclamó Tino.
"Yo traeré todas mis frutas favoritas para compartirlas con todos!" -añadió Dino mientras cargaba una canasta llena de manzanas, plátanos y fresas.
Al llegar, Lila les mostró su lienzo gigante. "¡Miren qué espacio tengo para que pintemos!" -dijo mientras se relamía de emoción.
Los tres amigos se pusieron a trabajar, pintando un paisaje maravilloso con montañas azules y un sol radiante. Pero, mientras pintaban, escucharon un ruido extraño. Era un sonido como un llanto suave.
"¿Qué es eso?" -preguntó Dino con preocupación.
"Vamos a investigar," -dijo Lila, llena de valentía, y se acercaron hacia el arbusto de donde provenía el llanto.
Al llegar, descubrieron a un pequeño dinosaurio triceratops, atrapado entre unas ramas. "¡Ayuda! No puedo salir!" -sollozaba el pequeño.
"No te preocupes, ya estamos aquí para ayudarte!" -dijo Tino, listo para usar su fuerza. Dino, que era más ágil, se metió entre las ramas y comenzó a liberar al triceratops con cuidado.
"¡Gracias, amigos! Soy Tricky, el triceratops, y me perdí mientras recogía frutas," -dijo el pequeño una vez que estuvo libre.
"¡No hay problema, Tricky!" -respondió Lila. "Nosotros también amamos recoger frutas. Ven, ¡te llevaremos con nosotros a la fiesta!"
Tricky, emocionado, los siguió y, juntos, terminaron de pintar el mural. Pero cuando ya se estaban despidiendo, Lila tuvo una idea brillante. "¿Qué tal si hacemos un mural que represente la amistad y la ayuda mutua?"
Los cuatro dinosaurios se pusieron a trabajar, y mientras pintaban, cada uno aportaba su propia idea. Dino hizo pequeños dibujos de frutas rodeados de sonrisas, Tino pintó dinosaurios ayudándose unos a otros, y Lila se encargó de las flores coloridas que simbolizaban la alegría.
Al terminar, se dieron cuenta de que su mural no solo era hermoso, sino que también reflejaba su aventura y amistad. "Este mural es nuestra historia," -dijo Tricky, con confianza. "¡Y lo hicimos juntos!"
"¿Y saben qué? Quiero que este mural sea nuestro compromiso de ayudarnos siempre," -añadió Dino. Todos asintieron con entusiasmo.
La fiesta fue un gran éxito, con música, bailes y, por supuesto, una deliciosa merienda de frutas. Cada dinosaurio, al contemplar el mural, recordó cómo se unieron para ayudar a un amigo y lo divertido que fue trabajar juntos.
Desde ese día, los Saltarines decidieron dedicarse a ayudar a otros en su comunidad. Cada vez que uno de ellos escuchaba un llanto o un pedido de ayuda, se unían para resolverlo, pintando su legado de amistad en cada rincón. Como les gustaba decir: "Siempre juntos, siempre saltando hacia nuevas aventuras."
Y así, en un mundo lleno de colores y alegría, su amistad creció, y el valioso aprendizaje de ayudar a otros se quedó grabado para siempre en sus corazones.
FIN.