Los Dragones Salvadores



Había una vez en un lejano reino donde los dragones aún habitaban la tierra. Estos majestuosos seres alados eran conocidos por su sabiduría y poder, pero también por su carácter impredecible.

En las montañas nevadas del norte vivía Dragón Azul, cuyas escamas brillaban como el hielo en la luz de la luna. En el bosque encantado al sur se encontraba Dragón Verde, con ojos tan brillantes como las gemas más preciosas.

Un día, una terrible sequía azotó el reino y todas las criaturas sufrieron por la falta de agua. Los campos estaban secos, los ríos se habían convertido en arroyos y los árboles marchitos perdían sus hojas.

Los habitantes del reino clamaban por ayuda, pero nada parecía poder traer la lluvia de vuelta. Fue entonces que los dragones decidieron intervenir. Dragón Azul y Dragón Verde se reunieron en lo alto de una montaña y trazaron un plan para salvar al reino de la sequía.

"-Debemos buscar el manantial sagrado custodiado por el antiguo espíritu del agua", dijo Dragón Azul con determinación. Los dos dragones emprendieron un viaje hacia lo desconocido, volando a través de valles y desiertos en busca del manantial sagrado.

En su camino se enfrentaron a peligros y desafíos que pusieron a prueba su valentía y amistad. Pero juntos lograron superar cada obstáculo con ingenio y coraje.

Finalmente llegaron a una cueva oculta detrás de una cascada rugiente, donde encontraron al espíritu del agua esperándolos. "-Oh grandes dragones, han demostrado su nobleza y determinación en este viaje", dijo el espíritu con voz melodiosa.

Los dragones suplicaron al espíritu que devolviera el agua al reino para salvar a todas las criaturas que allí habitaban. Con un gesto gentil, el espíritu hizo brotar el manantial sagrado que fluía con fuerza renovada hacia los campos sedientos.

La lluvia comenzó a caer sobre la tierra sedienta mientras los habitantes del reino observaban maravillados cómo todo volvía a florecer ante sus ojos. Los dragones habían cumplido su misión y salvado al reino de la sequía gracias a su valentía y colaboración.

Desde ese día en adelante, Dragón Azul y Dragón Verde fueron venerados como héroes por todos en el reino. Y aunque ya no vivieran entre ellos, su historia perduraría para siempre como un ejemplo de amistad, coraje y solidaridad para las generaciones venideras.

FIN.

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