Los Egresados Felices de la Escuela Cristiana



En el corazón de un pequeño pueblo, se encontraba la Escuela Cristiana, un lugar lleno de risas y sueños. En el año 2024, un grupo de alumnos estaba a punto de graduarse y cada uno llevaba consigo una historia única.

Lucía, una chica con una imaginación desbordante, soñaba con ser escritora. Todos los días, se sentaba bajo el gran árbol en el patio de la escuela y escribía cuentos sobre personajes mágicos y aventuras fantásticas. Su mejor amigo, Tomás, era un apasionado de la ciencia. Siempre traía experimentos locos y estaba decidido a descubrir algo sorprendente.

El último día de clases, los alumnos se reunieron para hacer un mural con los sueños de cada uno.

- “Voy a escribir un libro que va a volar a través de las estrellas”, dijo Lucía con una sonrisa brillante.

- “Y yo voy a inventar una máquina que haga mariposas de papel”, agregó Tomás, emocionado.

Mientras pintaban el mural, llegó la maestra Elena, quien les había enseñado durante todos esos años.

- “¿Qué están haciendo, chicos? ” preguntó amablemente.

- “Es un mural de los sueños. Queremos colgarlo en el salón de actos”, respondió Lucía.

- “Es una idea maravillosa. Los sueños son el primer paso hacia la realización”, dijo la maestra.

Sin embargo, algo inesperado sucedió. Un fuerte viento sopló y el mural se despegó de la pared, volando por todo el patio.

- “¡Noooo! ” gritaron todos, corriendo tras el mural.

Mientras perseguían sus sueños en forma de pintura, descubrieron que otras cosas también volaban con el mural: bocetos de inventos de Tomás, poemas de Lucía y hasta dibujos de sus compañeros sobre lo que querían ser de grandes.

- “Miren, ¡nuestros sueños nos están llevando a un nuevo lugar! ” dijo Tomás, tratando de atrapar el mural.

- “¡Siguámoslo! ” contestó Lucía, ágilmente saltando entre las hojas caídas.

El mural finalmente aterrizó cerca de un viejo puente que cruzaba un arroyo. Allí, encontraron a un anciano artista que estaba pintando la escena.

- “¡Hola, jóvenes soñadores! ” saludó el artista. “¿Buscan esto? ” preguntó mientras señalaba el mural.

- “Sí, es nuestro mural de sueños. Se nos escapó”, dijo Lucía, algo avergonzada.

- “Lo he visto volar como un ave. ¿Qué sueños hay aquí? ” les preguntó intrigado.

Los chicos, emocionados, comenzaron a compartir sus aspiraciones. Cada uno de ellos se sintió apoyado y comprendido por el anciano.

- “Mi sueño es crear un libro que inspire a otros a soñar”, dijo Lucía, con los ojos llenos de luz.

- “Y yo quiero descubrir nuevas formas de energía para cuidar nuestro planeta”, agregó Tomás.

- “¡Y yo quiero ser un gran artista! ”, dijo Ana, otra compañera.

- “Y yo, explorar el océano”, dijo Mateo, mirando al horizonte.

El anciano los escuchó atentamente y luego sonrió.

- “Ustedes son los arquitectos de su futuro. Nunca dejen de correr detrás de sus sueños, como hoy hicieron con su mural”.

Inspirados por el anciano, decidieron trabajar juntos en un nuevo proyecto: un libro ilustrado que contara sus sueños, combinando las historias de Lucía, los inventos de Tomás y los dibujos de sus amigos.

- “¡Hagámoslo! ”, gritaron todos al unísono, llenos de energía.

- “Sería como un homenaje a nuestra amistad y todos los momentos en esta escuela”, añadió Lucía.

Pasaron el resto del día en el puente, escribiendo, dibujando y soñando. Al caer la tarde, el mural quedó atrapado en el corazón de cada uno. Regresaron a la escuela, sabiendo que, aunque se graduaran, sus sueños seguirían vivos.

El día de la graduación, con el mural en manos, Lucía se puso al frente durante la ceremonia.

- “Hoy celebramos no solo un final, sino un comienzo. Vamos a alcanzar cada uno de nuestros sueños, ¡y lo haremos juntos! ”

Los aplausos resonaron por todo el salón, y cada amigo sonreía con confianza. Así, los egresados de la Escuela Cristiana no solo se marcharon llenos de conocimientos, sino también con una promesa de seguir persiguiendo sus sueños, siempre unidos por la amistad.

Y así, finalizó el año 2024, pero para Lucía, Tomás y sus amigos, el verdadero viaje apenas comenzaba.

FIN.

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