Los erizos bondadosos



En el bosque de los pinos vivía una familia de erizos muy especial: Enzo, su esposa Lola y sus dos hijos, Lolo y Lila. Los pequeños erizos eran muy traviesos y siempre estaban metidos en problemas.

Peleaban entre ellos, se hacían travesuras e ignoraban por completo las enseñanzas de sus padres sobre lo que estaba bien y lo que estaba mal. Un día, cansados de tanta travesura, Enzo y Lola decidieron hablar seriamente con Lolo y Lila.

"Hijitos queridos, es hora de que entiendan la importancia de comportarse correctamente. No está bien pelearse entre hermanos ni hacer travesuras que puedan lastimar a otros", dijo Enzo con voz firme.

Los pequeños erizos asintieron con caritas serias, prometiendo portarse mejor a partir de ese momento. Sin embargo, al día siguiente volvieron a las andadas. Se escaparon corriendo por el bosque sin prestar atención a las advertencias de sus padres.

Lola suspiró preocupada mientras Enzo ideaba un plan para enseñarles una lección a sus hijos. Esa misma tarde, los dos pequeños estaban jugando cerca del río cuando escucharon unos gritos desesperados. "¡Ayuda! ¡Socorro!", gritaba un pajarito atrapado en una red.

Lolo y Lila se miraron sorprendidos y sin dudarlo un segundo corrieron a ayudar al pajarito. Con mucho esfuerzo lograron liberarlo de la red y el pajarito les dio las gracias emocionado antes de volar libre hacia el cielo.

"¿Por qué nos ayudaste si siempre nos portamos mal?", preguntó Lila con curiosidad. El pajarito sonrió antes de responder: "Todos merecen una segunda oportunidad para cambiar. Ustedes demostraron hoy que tienen buen corazón al salvarme".

Lolo y Lila se sintieron avergonzados por su comportamiento anterior y prometieron ser mejores desde ese momento en adelante. Regresaron a casa donde Enzo y Lola los esperaban con amorosa paciencia. "Hijitos queridos, estamos orgullosos de cómo actuaron hoy", dijo Lola abrazando a sus hijos.

Desde ese día, Lolo y Lila se convirtieron en dos erizos ejemplares: amables, generosos y siempre dispuestos a ayudar a los demás.

Aprendieron la lección más importante que sus padres les podían enseñar: que está en cada uno elegir entre hacer el bien o el mal, pero siempre hay tiempo para cambiar si uno así lo decide. Y juntos vivieron felices en su hogar del bosque de los pinos.

FIN.

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