Los Exploradores de Sabores
Era un día soleado en la escuela y la profesora Zaira tenía una sorpresa muy especial preparada para su clase, llamada "dels exploradors". Todo el grupo, compuesto por Uxue, Aleix, Paula, Yeiden, Marc, Andrés, Nikki, Serin, Emily, Sara, Pranav, Brij, Xavi, Lukas, Amir, Carmen, Enira, Ainha, Joana y Sophia, estaba emocionado.
"¡Chicos! Hoy vamos a emprender un viaje muy especial a través de la gastronomía", anunció Zaira con una sonrisa.
Los niños se miraron entre sí, llenos de curiosidad.
"¿Qué significa eso, Zaira?", preguntó Paula.
"Significa que vamos a conocer diferentes culturas explorando sus comidas, y para eso, vamos a hacer una serie de actividades", explicó la maestra.
Los alumnos estaban encantados, y Zaira, con su pasaporte gastronómico en mano, comenzó a contarles sobre las diferentes estaciones que iban a visitar en su aula-de-classroom.
"Primero, debemos preparar nuestro almuerzo. ¡Vamos a viajar a Italia!", dijo Zaira.
Mientras todos comenzaban a amasar la masa para hacer pizza, Xavi se preguntó:
"¿Podremos hacer otra cosa que no sea pizza? En casa me gusta comer pasta."
Zaira pensó un momento y sonrió.
"¡Excelente! Vamos a hacer las dos cosas. Pero primero, necesitamos un buen tomate. Uxue, ¿puedes cuidar del tomate?"
Uxue se animó y fue al pequeño jardín de la escuela a elegir los mejores tomates. Luego, mientras cocinaban, comenzaron a hablar de las tradiciones italianas.
"En Italia, la comida es algo sagrado", les contó Zaira. "Se reúne a la familia y amigos alrededor de la mesa. También se dice que compartir su comida es compartir amor."
Después de disfrutar de su almuerzo, Zaira propuso el siguiente destino: "Ahora, ¡Viajaremos a México! Vamos a preparar tacos".
"¡Me encantan los tacos!", exclamó Sara, mientras todos comenzaban a picar cebolla, carne y guacamole.
Una vez más, la clase se sumergió en la cultura mexicana. Se hablaron sobre las fiestas, la importancia de los colores y los sabores.
"Me encanta cómo la comida cuenta historias sobre cada país", reflexionó Joana.
Ya cansados pero felices, Zaira pensó que era muy buena idea hacer una fiesta de comidas del mundo.
"¡Perfecto! En una semana, traería un plato típico de cada país que hemos explorado y cada uno de ustedes también. Así, aprenderemos juntos sobre el lugar de cada comida", propuso emocionada.
Todos gritaron llenos de alegría.
"¡Sí, sí! Yo traigo empanadas!", dijo Brij.
"¡Yo haré sushi!", añadió Sophia con entusiasmo.
"Y yo prepararé curry",
agregó Pranav.
La semana pasó volando, y el día de la fiesta llegó. Cada uno de los exploradores trajo algo especial para compartir. Había tacos, sushi, empanadas, arroz con curry, y hasta baklava de los sabores turcos que había traído Lukas.
Zaira miró a su clase, llena de platos coloridos y sonrisas.
"Chicos, hoy estamos todos juntos por algo más que solo comer. Estamos compartiendo un pedacito de nuestra cultura, de nuestras historias y lo más importante, estamos creando recuerdos juntos."
Aunque todo parecía perfecto, un pequeño drama estalló. Marc había olvidado probar su postre antes de traerlo. Al abrirlo, se dio cuenta de que había quedado un poco salado.
"¡No! ¡Mi flan está arruinado!", dijo angustiado.
Pero sus compañeros se acercaron a consolarlo.
"No te preocupes, Marc. Todos hemos cometido errores. Podemos arreglarlo", dijo Nikki.
Decidieron improvisar, mezclando el flan con chocolate que había traído Yeiden, logrando una mezcla inesperada pero deliciosa. Todos rieron y se sintieron felices por la ayuda mutua.
Al final del día, cuando ya habían probado de todo, Zaira propuso un último ejercicio.
"Cada uno sharing su historia y qué aprendió sobre la comida de otro país nos ayudará a conocernos mejor."
Y entre risas y bocados, los Exploradores de Sabores aprendieron que, a través de la comida, podían explorar no solo delicias, sino también conexiones humanas y amistad.
Con corazones llenos, decidieron que seguirían explorando el mundo a través de sus sabores, porque sabían que cada plato tenía una historia increíble por contar.
FIN.