Los Exploradores Pachisefalosaurios



Había una vez un pequeño dinosaurio llamado Tomás Alderete.

Él era un pachisefalosaurio muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras para vivir junto a su familia: su papá Gonzalo, un t-rex valiente y fuerte, y su mamá Belén, una pachisefalosauria sabia y amorosa. Un día, mientras jugaban en el bosque, Tomás le propuso a sus padres que se convirtieran en exploradores. "¡Seremos los mejores exploradores del mundo!", dijo con entusiasmo.

Sus padres aceptaron la idea y juntos comenzaron a planear su primera expedición. La mañana siguiente, partieron temprano hacia las montañas.

Durante el camino, Tomás iba preguntando todo lo que veía: "¿Qué es eso?", "¿Por qué está ese árbol caído?", "¿Cómo se llama esa flor?". Sus padres respondían pacientemente cada pregunta, enseñándole cosas nuevas sobre la naturaleza. Finalmente llegaron al pie de la montaña más alta de toda la región.

A pesar de ser un poco intimidante, decidieron escalarla para ver qué había del otro lado. La subida no fue fácil pero juntos lograron llegar hasta la cima.

Cuando llegaron arriba se sorprendieron al ver algo que nunca habían visto antes: un lago cristalino rodeado de árboles frondosos y coloridos. Era una vista impresionante que les dejó sin palabras por unos segundos. De repente escucharon ruidos extraños detrás de ellos.

Al darse vuelta vieron a un grupo de cazadores furtivos que estaban cazando animales en la zona. Tomás, su papá y su mamá sabían que debían hacer algo para proteger a los animales. "¡Vamos a detenerlos!", dijo Gonzalo con determinación.

Juntos, se escondieron detrás de un gran árbol y esperaron pacientemente el momento adecuado para atacar. Cuando llegó el momento preciso, salieron corriendo hacia los cazadores furtivos haciendo ruidos fuertes e intimidantes. Los cazadores quedaron tan asustados que huyeron inmediatamente sin mirar atrás.

Tomás, su papá y su mamá habían logrado salvar a los animales de la región gracias a su valentía y astucia. Desde ese día decidieron convertirse en protectores de la naturaleza y seguir explorando juntos cada rincón del mundo.

Y así fue como dinosaurio Tomás Alderete, con su papá Gonzalo y su mamá Belén se convirtieron en grandes exploradores de la naturaleza, aprendiendo siempre nuevas cosas sobre ella mientras protegían a las criaturas que habitaban en ella.

FIN.

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