Los Fantasmas del Peligro



Había una vez en el pequeño pueblo de Riesgolandia, un lugar lleno de peligros y riesgos. En este pueblo vivían cinco fantasmas muy peculiares: Heridas, Quemaduras, Golpes, Intoxicaciones y Asfixio. Eran los fantasmas que representaban los diferentes peligros a los que los habitantes de Riesgolandia se enfrentaban a diario.

Un día, en el colegio de Riesgolandia, la maestra Coqui reunió a todos los niños en el patio. Les dijo: "Hoy vamos a hablar de algo muy importante. Conoceremos a los fantasmas del peligro que rondan nuestro pueblo. Ellos son Heridas, Quemaduras, Golpes, Intoxicaciones y Asfixio. Viven en el Bosque de la Precaución, y es fundamental aprender a evitarlos".

Los niños escuchaban con atención mientras la maestra Coqui les contaba las historias de cada uno de los fantasmas. Aunque eran fantasmas aterradores, los niños sintieron curiosidad por saber más sobre ellos. La maestra Coqui les explicó que los fantasmas del peligro no querían asustar a nadie, solo querían que todos estuvieran seguros.

"Recuerden, si ven a Heridas, deben tener cuidado con objetos cortantes y superficies filosas", dijo la maestra Coqui. "Quemaduras, por su parte, siempre está cerca del fuego y las cosas calientes. Eviten acercarse a él para evitar accidentes".

Los niños asintieron con seriedad, entendiendo la importancia de estar alerta en todo momento. La maestra Coqui continuó: "Golpes es muy travieso y se esconde en los lugares donde pueden tropezar o caerse. Deben ser cuidadosos y observar por dónde caminan".

Después, les explicó sobre Intoxicaciones y Asfixio. Les dijo que Intoxicaciones siempre merodea alrededor de productos químicos y que deben dejar esos productos en manos de un adulto. Y sobre Asfixio, les recordó que es muy importante mantener alejados los objetos que obstruyan la respiración.

Los niños de Riesgolandia aprendieron valiosas lecciones de seguridad ese día. Comenzaron a ser más precavidos y cuidadosos en sus actividades diarias, evitando a los fantasmas del peligro. En el Bosque de la Precaución, crearon carteles de advertencia con la ayuda de la maestra Coqui para recordar a todos la importancia de mantenerse a salvo.

Con el paso del tiempo, Riesgolandia se convirtió en un lugar mucho más seguro gracias a los esfuerzos de la comunidad y la enseñanza de la maestra Coqui. Los fantasmas del peligro, al ver que los niños y los adultos tomaban medidas para evitar riesgos, se volvieron menos amenazantes y más como guardianes atentos.

Y así, en Riesgolandia, todos aprendieron la importancia de la prevención y la seguridad juntos, convirtiendo un lugar que solía estar lleno de peligros en un entorno mucho más acogedor y protegido.

FIN.

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