Los Festivales Mágicos de la Escuela Arcoíris



En un pequeño barrio en Argentina, una escuela fue fundada en 1993 con un sueño: ser un lugar donde todos los niños pudieran aprender, jugar y celebrar juntos. Esta escuela se llamaba "Escuela Arcoíris" y desde su comienzo, los festivales se convirtieron en el corazón de la vida escolar.

El primer festival, en 1994, fue una sorprendente representación de "Los Piacapiedras". Los alumnos, con trajes de la prehistoria, cantaban y bailaban al compás de la música de una época que jamás existió. Al finalizar la obra, el maestro Franco, un docente carismático, dijo:

"¡Qué increíble! ¡Hoy hemos viajado al pasado!"

"¡Sí, profe! ¿La próxima temática será sobre los planetas?" sugirió Sofía, una entusiasta niña de 8 años.

Y así fue como, en 1995, llegó un festival lleno de colores y ritmos al son de la samba de Brasil. Todos los chicos, con plumas y la alegría que los caracterizaba, se movían al ritmo del tambor. Martín, el chico que más se esforzó en los ensayos, subió al escenario y dijo:

"¡Esto es una fiesta! ¡Viva Brasil!" y todos respondieron con aplausos y risas.

Con el paso de los años, la Escuela Arcoíris continuó organizando festivales. En 1996, el tema fue la cumbia, donde los chicos bailaron abrazados de coloridos globos. El director, el señor García, observaba emocionado:

"El baile es una forma de unión, una forma de expresarse. ¡Los quiero ver moverse!"

Al año siguiente, 1997, los estudiantes decidieron presentar "La Canción de la Máscara". Con espectaculares actuaciones, cada grito de júbilo resonaba en el aula y todos se vestían con máscaras brillantes. Ana, apasionada por el teatro, exclamó:

"¡El arte nos hace libres!"

El festival del tango, en 1998, fue un evento especial. Los más grandes, con trajes elegantes, deslizaron sus pies con rapidez al son de la música de los grandes maestros. Nico, quien vivía con su abuela, hizo un hermoso homenaje a ella durante su baile.

"Esto es para vos, abuela. ¡El tango nos une a todos!" dijo mientras todos aplaudían.

Luego, cada año traía nuevas propuestas. Desde el carnavalito en 1999, donde todos se disfrazaron de personajes folclóricos, hasta el festival de rock en 2000 que hizo vibrar a todos los asistentes con sonidos eléctricos. El hecho de que los chicos cantaran "Rock y amor" con tanta pasión, hizo que la profesora de música, Laura, exclamara:

"¡Esto es pura energía!"

En 2001, el festival de lambada fue un viaje a Brasil. La danza encendió la pista de baile y todos aprendieron sobre el prestigio cultural que involucraba. En 2005, la melodía del candombe resonó, acercándolos a las raíces africanas de su cultura. Ese año, Luciana, que era muy tímida, tomó valor y se adentró en el baile, dejando a todos impresionados:

"¡No sabía que podía hacerlo!" dijo mientras su sonrisa iluminaba el escenario.

Finalmente, en 2023, la escuela decidió celebrar un festival que recordara toda su historia. Todos se reunieron para hacer una hermosa mezcla de todos los ritmos que habían aprendido y celebrado a lo largo de los años. La maestra Carla, que había llegado hacía cinco años, miró a todos sus alumnos y les dijo:

"Hoy celebramos todo lo que hemos construido juntos. Cada baile, cada canción, cada risa resuena en nuestros corazones. ¡Vamos a hacer del hoy un día especial!"

Los niños comenzaron a bailar el pericón, formando un gran círculo, entre risas y saltos. Era como si todo el tiempo transcurrido se uniera en ese momento, creando recuerdos llenos de amor y amistad. Nadie se sentía fuera de lugar; cada uno sabía que contribuía a la historia mágica de la Escuela Arcoíris.

El festival culminó con un gran abrazo grupal, reflejando lo que la escuela había significado para todos sus estudiantes durante más de tres décadas: un hogar lleno de amor, aprendizaje y celebración, un ejemplo perfecto de que en la diversidad hay una fortaleza inquebrantable.

Esa ausencia de miedo y la presencia constante de alegría, crearon un sello imborrable en cada corazón que pasó por ese mágico lugar. Y así, en la Escuela Arcoíris, nunca se dejaron de hacer festivales porque siempre celebrar sería su misión más importante.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!