Los Gasparines
Malena y Fernan eran dos amigos inseparables, pero tenían un problema: sus gases. A veces, cuando estaban juntos, el olor era tan fuerte que hacía llorar a los pájaros del parque.
Un día, mientras jugaban en el bosque cercano a su casa, Malena descubrió algo extraño en su cabeza. ¡Era un cuerno de unicornio! Y no solo eso, también se dio cuenta de que podía controlar la magia con él.
Fernan estaba asombrado al ver lo que había pasado con Malena. Pero pronto descubrió que él también tenía poderes mágicos gracias a su capa. Podía volar y hacer desaparecer objetos con solo pensarlo. Emocionados por estos nuevos descubrimientos, decidieron explorar sus poderes juntos.
Durante semanas practicaron y mejoraron sus habilidades mágicas hasta convertirse en verdaderos maestros de la magia. Pero aunque sus poderes eran impresionantes, todavía tenían un problema: sus gases y cacas seguían siendo muy molestos para quienes los rodeaban.
Un día decidieron usar su magia para resolver este inconveniente. "¿Qué tal si usamos nuestros poderes para limpiar todo esto?"- dijo Malena apuntando hacia una montaña de basura cerca de ellos. "¡Buena idea!"- respondió Fernan emocionado.
Concentraron toda su energía en la tarea y lograron limpiar todo el lugar en pocos minutos. A partir de ese momento, comenzaron a usar sus poderes mágicos para ayudar a los demás.
Limpiaban las calles del barrio, plantaban árboles y ayudaban a las personas mayores a llevar sus compras. Y lo más importante, aprendieron a controlar sus gases y cacas para no molestar a los demás.
Un día, mientras estaban en el parque jugando con otros niños, un grupo de matones se acercó y comenzó a intimidarlos. Pero Malena y Fernan no se dejaron amedrentar. Usando su magia lograron ahuyentar a los agresores y salvar al resto de los chicos del parque.
Desde ese momento, todos en el barrio comenzaron a verlos como héroes. Los niños querían ser como ellos y los adultos los admiraban por su valentía y generosidad.
Malena y Fernan descubrieron que la verdadera magia no está en tener poderes o habilidades sobrenaturales, sino en usarlos para hacer el bien. Y así fue como se convirtieron en leyendas vivas del barrio, enseñándoles una gran lección sobre la importancia de trabajar juntos para construir un mundo mejor.
FIN.