Los Gatitos Navideños



Era una tranquila tarde de diciembre, y los dos gatitos de la familia, Nus y Momo, estaban muy emocionados. Había llegado la Navidad, y la casa estaba llena de luces brillantes y adornos coloridos. Pero lo más emocionante de todo era el árbol de Navidad que había sido colocado en la sala.

Nus era el gato más pequeño y curioso. Siempre estaba dispuesto a explorar y descubrir cosas nuevas. Momo, por otro lado, era más tranquilo y prefería observar las travesuras de su amigo desde la distancia. Nunca había visto un árbol tan grande y brillante, así que su curiosidad lo llevó a acercarse.

"Momo, ¡mira qué lindo es el árbol!" - dijo Nus con ojos brillantes.

"Sí, pero ten cuidado. No quiero que te lastimes" - respondió Momo, acurrucándose en el sofá.

Sin poder resistir la tentación, Nus dio un pequeño salto hacia el árbol. Al principio, sólo lo tocaba suavemente con sus patas. Pero mientras jugaba, su pata se enredó con una de las decoraciones, y de un solo golpe, el árbol comenzó a tambalearse.

"¡Oh no!" - exclamó Momo, mientras veía cómo el árbol se caía hacia un lado.

"¡Ayuda, Momo!" - gritó Nus, mientras intentaba mantenerse en pie.

El árbol se desplomó, esparciendo adornos por toda la sala y haciendo un gran estruendo. Nus estaba aterrado, pero Momo sabía que tenían que actuar rápido.

"No te preocupes, Nus. Debemos arreglarlo antes de que lleguen nuestros humanos" - dijo Momo, con determinación.

Los dos gatitos comenzaron a recoger los adornos, mientras Nus intentaba, torpemente, levantar el árbol. Con mucho esfuerzo y un poco de cooperación, levantaron el árbol de nuevo y colocaron los adornos más importantes. Momo utilizaba su agilidad para colgar las decoraciones de nuevo, mientras Nus se encargaba de rodar las bolas alrededor del árbol.

"¡Esto es como un juego de equipo!" - dijo Nus, mientras sonreía a su amigo.

"Sí, y se siente bien trabajar juntos" - añadió Momo.

Cuando finalmente terminaron, el árbol estaba un poco torcido, pero era mejor que antes. Los dos gatitos estaban agotados y decidieron acurrucarse juntos en el sofá. Se quedaron dormidos, con los suaves ronroneos llenando la sala.

Un rato después, la familia volvió a casa. La madre miró al árbol y al sofá, y no pudo evitar reírse.

"¿Qué pasó aquí? El árbol está un poco movido, ¿no?"

"Pero miren a esos dos gatitos durmiendo juntos. Son tan adorables"

"Quizás estuvieran ayudando a preparar todo para la Navidad"

A medida que la familia se acomodaba y empezaba a preparar la cena navideña, los gatitos seguían allí, dormidos y felices. Nus y Momo aprendieron esa tarde que, a pesar de cometer un error, siempre podrían contar el uno con el otro.

Y así, disfrutaron de una dulce Navidad mientras el árbol brillaba con luces de colores, recordándoles la importancia de la amistad y la colaboración.

Fin.

FIN.

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