Los Gatos del Parque



Había una vez, en un barrio tranquilo de Buenos Aires, un gato llamado Simón. Vivía con su dueño, Don Luis, en una pequeña casa que estaba en el centro del vecindario.

A pesar de que Don Luis era muy cariñoso con Simón, no tenía mucho dinero para comprarle comida y juguetes. Un día, mientras Simón caminaba por las calles del barrio, se encontró con sus amigos gatos: Tito y Luna.

Ambos estaban preocupados por la situación económica de su dueño. "¿Qué podemos hacer para ayudarlo?" preguntó Tito. Simón pensó durante unos momentos y luego dijo: "Podemos buscar trabajo". Tito y Luna se sorprendieron al escucharlo.

"¿Cómo vamos a conseguir trabajo? Somos gatos", dijo Luna. "No lo sé", admitió Simón. "Pero tenemos que intentarlo". Los tres amigos comenzaron a buscar trabajo por todo el vecindario. Primero fueron a la tienda de mascotas local para ver si necesitaban ayuda.

Pero el dueño les dijo que no podían trabajar allí porque eran animales callejeros.

Desanimados pero no vencidos, los tres amigos continuaron buscando trabajo en otros lugares como la panadería y la ferretería sin éxito alguno hasta que llegaron a un parque donde había muchos niños jugando. "¡Miren! Hay muchos niños aquí", dijo Tito emocionado. "Sí", respondió Luna," pero ¿qué podemos hacer?"Simón tuvo una idea brillante: "Podemos entretenerlos".

Tito y Luna no entendieron qué quería decir Simón hasta que vieron cómo empezaba a saltar entre los niños, hacer piruetas y maullar de manera divertida. Pronto, los niños comenzaron a reírse y a aplaudir. Los tres amigos habían encontrado una forma de ayudar a su dueño sin dinero.

Simón se convirtió en el animador oficial del parque, mientras que Tito y Luna lo ayudaban recolectando comida para él. A medida que pasaba el tiempo, Simón se volvió muy popular entre los niños del barrio.

Los padres comenzaron a darles alimentos como muestra de gratitud por haber mantenido a sus hijos felices y ocupados. Don Luis estaba muy contento con la nueva situación.

Ahora tenía suficiente comida para alimentar no solo a Simón sino también a Tito y Luna. Además, había ganado nuevos amigos gracias al ingenio de sus mascotas. Desde entonces, todos los días después del trabajo Don Luis iba al parque para ver jugar a los gatos junto con los niños del vecindario.

Y así fue como Tito, Luna y Simón demostraron que incluso cuando no tienes dinero puedes encontrar una forma única e ingeniosa de ayudar a tu familia.

FIN.

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