Los Gérmenes Perdidos en el Hinodoro
Era una vez, en un mundo lleno de colores y risas, un grupo de pequeños gérmenes que vivían en el hinodoro de un baño muy especial. Estos gérmenes no eran como los que uno suele imaginar; tenían personalidades divertidas y soñaban con conocer otros lugares.
Un día soleado, el líder del grupo, Germi, decidió que era hora de una aventura. "¡Vamos a explorar el mundo más allá del hinodoro!"- propuso.
Los demás gérmenes, emocionados, aceptaron la idea. Germi, la gérmica aventurera y siempre curiosa, estaba lista con su mochila llena de burbujas de alegría y risas. "¡A la aventura, amigos!"- gritó mientras salían del hinodoro.
Mientras paseaban por el baño, encontraron cosas asombrosas: el jabón, que se llamaba Jabóncito, les hizo una divertida demostración de cómo hacer burbujas. "¡Miren estas burbujas gigantes!"- dijo contento. Los gérmenes, fascinados, brincaban entre burbujas y se reían.
Luego, se acercaron al espejo, donde el Espejito, un espejo parlante, los saludó. "¡Hola, pequeños gérmenes! ¿A dónde van con tanto entusiasmo?"- preguntó. "Vamos a explorar el mundo afuera del hinodoro!"- respondieron al unísono, llenos de fervor y valentía.
El Espejito, con aire de preocupación, les dijo: "Tengan cuidado, amigos. El mundo afuera a veces puede ser un poco complicado. Asegúrense de no perderse y regresen pronto!"-
El grupo de gérmenes prometió cuidarse y continuó su aventura. Después de unos minutos de recorrer el baño, decidieron que era hora de salir hacia el pasillo.
A medida que pasaban por la puerta, se dieron cuenta de que el mundo afuera era aún más grande y asombroso de lo que imaginaron. Las luces brillaban y los sonidos del hogar sonaban alegres; sin embargo, después de un rato de jugar a las escondidas entre los zapatos y los juguetes, se dieron cuenta de que se habían perdido.
"¿Dónde estamos, Germi?"- preguntó uno de los gérmenes con un tono asustado. "Yo... no estoy seguro. Tal vez deberíamos volver al baño"- respondió Germi, pero no sabían cómo regresar.
Los gérmenes comenzaron a sentir miedo y a pensar en lo lejos que estaban de su hogar. Pero Germi, siempre optimista, dijo: "No se preocupen, tenemos que mantener la calma. ¡Podemos encontrar el camino juntos!"-
Decididos a volver, comenzaron a buscar pistas que los guiaran de regreso. Se acercaron a un juguete llamado Pelotita, quien les habló: "¡Hola, pequeños! ¿Qué les pasa?"-
"Nos perdimos y queremos volver al hinodoro!"- exclamó Germi. "No se preocupen, sigan la luz brillante y el sonido de la risa. Eso los llevará a casa"- les aconsejó Pelotita.
Los gérmenes sintieron una oleada de esperanza y comenzaron a ir en la dirección indicada. Mientras viajaban, uno de ellos encontró una pequeña pista: un rastro de burbujas. "¡Miren! ¡Son las burbujas de Jabóncito!"- dijo entusiasmado.
"Eso significa que estamos cerca de casa!"- gritó Germi.
Siguieron el rastro de burbujas, saltando y riendo a medida que se acercaban a su hogar. Finalmente, después de un largo recorrido, llegaron al tilo donde habían comenzado su aventura: el hinodoro.
"¡Lo logramos!"- exclamó Germi, saltando de alegría. "Sí! ¡Y fue una gran aventura!"- agregaron los otros gérmenes.
Desde aquel día, los gérmenes aprendieron que aunque el mundo es grande y a veces asustante, siempre tienen que recordar mantenerse juntos y cuidar unos de otros.
Decidieron que, aunque seguirían explorando en el futuro, siempre regresarían a su hermoso hinodoro y no se aventurarían solos.
Y así, cada vez que el sol brillaba, los gérmenes recordaban su aventura y sabían que nunca se perderían si trabajaban en equipo. ¡El hilo de la amistad siempre sería su guía!
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.