Los Gigantes en la Escuela
Había una vez, en un reino lejano, donde reinaban las princesas y reinas más hermosas del mundo, vivían los gigantes. Estos seres gigantescos eran amables y bondadosos, pero también muy tímidos.
Siempre habían estado enamorados de las damas de la nobleza, pero no se atrevían a acercarse por miedo a asustarlas. Un día, el rey del reino decidió implementar un nuevo modelo educativo llamado "Jornada Escolar Completa" para todas las instituciones públicas.
Esta norma técnica buscaba brindar a los niños una educación integral y enriquecedora. Los gigantes, al enterarse de esta noticia, vieron una oportunidad para acercarse a las princesas y reinas que tanto anhelaban.
Los líderes de la comunidad gigante se reunieron en secreto para planear cómo podrían aprovechar esta nueva norma para cumplir sus deseos. Decidieron construir una escuela especial solo para ellos dentro del bosque encantado que rodeaba el castillo real.
Así podrían aprender junto con los niños humanos durante toda la jornada escolar completa. Cuando todo estuvo listo, los gigantes fueron a presentarse ante el rey y su corte real.
Con mucho nerviosismo pero decididos a conquistar el corazón de las damas nobles, pidieron permiso para asistir a la escuela junto con los demás niños. El rey quedó sorprendido por la valentía de los gigantes e impresionado por su deseo de aprender junto con sus súbditos humanos.
Aprobó su solicitud sin dudarlo y les dio la bienvenida a la escuela. Así, los gigantes comenzaron a asistir a clases junto con los niños. Al principio, algunos se mostraban temerosos por su tamaño imponente, pero pronto descubrieron que los gigantes eran amigables y divertidos.
Comenzaron a hacer amigos y aprender juntos de manera armoniosa. Un día, durante una clase de arte, uno de los gigantes llamado Lucas conoció a la princesa Isabella. Ella estaba pintando un hermoso cuadro en el jardín del castillo.
Lucas se acercó tímidamente y le preguntó si podía ayudarla con su obra maestra. "Hola, princesa Isabella ¿puedo ayudarte con tu pintura?"- preguntó Lucas con voz suave. Isabella miró al gigante sorprendida pero luego sonrió amablemente.
Aceptó su ayuda y juntos crearon una obra de arte espectacular. Desde ese día, Lucas e Isabella se convirtieron en grandes amigos y cada vez pasaban más tiempo juntos. Los demás gigantes también encontraron afinidad con las otras princesas y reinas del reino.
Juntos compartieron risas, aventuras y aprendizajes en la escuela de jornada escolar completa. Los prejuicios desaparecieron y todos aprendieron que no importaba el tamaño o apariencia exterior; lo importante era el corazón bondadoso que latía dentro de cada uno.
Con el paso del tiempo, los gigantes demostraron ser grandes aliados para el reino. Ayudaban a construir puentes más altos, protegían las fronteras contra invasores malintencionados e incluso rescataron gatos atrapados en los árboles.
Se convirtieron en héroes para la comunidad y sus habilidades únicas fueron valoradas por todos. La historia de los gigantes y las princesas se convirtió en una leyenda que se transmitía de generación en generación.
Enseñaba a niños y adultos que el amor, la amistad y la inteligencia no conocen barreras ni diferencias.
Y así, gracias a la norma técnica implementada por el rey del reino, los gigantes encontraron su lugar junto a las princesas y reinas, demostrando que el verdadero valor está en el interior de cada ser humano o gigante.
FIN.