Los Globos del 40 al 50
Había una vez en un lugar encantado, un grupo de números muy especiales. Eran los números del 40 al 50, quienes vivían en un hermoso jardín lleno de colores y alegría. Cada uno de ellos era como un globo distinto, con su propio color y personalidad. El número 40 era un globito rosado, siempre tranquilo y sosegado, mientras que el 50 era un globo amarillo brillante, lleno de energía y entusiasmo. Los demás números, del 41 al 49, eran globos de diferentes colores, cada uno con su propia chispa de magia.
Un día, una ráfaga de viento fuerte comenzó a soplar sobre el jardín, causando que los globos del 40 al 50 se desprendieran del suelo. Empezaron a volar por los aires, sin rumbo fijo. "¡Oh no, nos estamos alejando del jardín!" exclamó el 45. "Tranquilos, confíen en mí, soy el número 50 y tengo mucha fuerza. Yo los llevaré de regreso", dijo el globo amarillo, tratando de mantener la calma.
Mientras tanto, en el jardín, los demás números del 1 al 39 se dieron cuenta de la situación y decidieron unirse para ayudar a traer de vuelta a sus amigos. "¡Vamos, todos juntos podemos hacerlo!" gritó el 30, liderando al resto de los números. Con esfuerzo y cooperación, lograron formar una cadena humana y agarrar las cuerdas de los globos que flotaban en el aire. Poco a poco, el 40, el 41, el 42 y así sucesivamente, fueron regresando al jardín.
Finalmente, el 50 guió a los últimos globos de regreso al suelo. "¡Gracias por traernos de vuelta, amigos!" agradeció el 48. "¡Fue un trabajo en equipo increíble!" exclamó el 39, emocionado. Desde ese día, los números del 40 al 50 se dieron cuenta de lo importante que es trabajar juntos y contar con la ayuda de los demás. Aprendieron que la amistad y la colaboración son fundamentales para superar cualquier desafío. Y así, el jardín se llenó nuevamente de alegría, con los globos del 40 al 50 brillando más que nunca.
FIN.