Los grillos que aprendieron a multiplicar


Había una vez en el bosque de Villa Grillo, un grupo de simpáticos insectos conocidos como los grillos.

Todos los días, los grillos se reunían en la clareada del bosque para escuchar con atención las lecciones del sabio Saltarín, el grillo más anciano y sabio de todos. Un día, Saltarín anunció que enseñaría a los grillos algo que nunca antes habían aprendido: multiplicar. - ¡Hola, grillos! Hoy les enseñaré algo maravilloso que les ayudará en su vida diaria.

Aprenderán a multiplicar, y así podrán sumar grupos de saltos para llegar a grandes distancias en poco tiempo, explicó Saltarín con entusiasmo. Los grillos se miraron sorprendidos, pero emocionados por el reto que les esperaba.

Durante semanas, practicaron y estudiaron arduamente las tablas de multiplicar, saltando de hoja en hoja para recordar cada número. Finalmente, los grillos lograron dominar la multiplicación y estaban listos para poner en práctica sus conocimientos.

Una mañana, el bosque se vio amenazado por un incendio que se acercaba rápidamente. Los demás animales del bosque estaban preocupados, ya que no sabían cómo detener el fuego y proteger sus hogares. Sin embargo, los grillos recordaron lo que habían aprendido y se pusieron en acción.

Rápidamente formaron equipos y utilizaron sus habilidades de multiplicación para calcular la cantidad de agua necesaria para apagar el incendio. ¡Vamos, grillos! ¡Multipliquemos nuestros esfuerzos y salvemos el bosque! , gritó Saltarín.

Los grillos se distribuyeron por el bosque, saltando de charco en charco para llevar agua y apagar las llamas. Gracias a su rápida multiplicación y coordinación, lograron detener el incendio y salvar el hogar de todos los animales. El bosque entero aplaudió y agradeció a los valientes grillos por su astucia y esfuerzo.

Desde ese día, los grillos se convirtieron en héroes y enseñaron a todos los demás animales la importancia de aprender y trabajar en equipo. Saltarín les recordó a todos que, con esfuerzo y determinación, cualquier desafío puede ser superado.

Los grillos que aprendieron a multiplicar demostraron que, incluso siendo pequeños, pueden lograr grandes cosas cuando trabajan juntos.

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