Los Guardianes de Fantasilandia
Había una vez, en una clase de 4º de primaria de la escuela "Los Tilos", un grupo de niños muy curiosos y traviesos.
Después de una noche de tormenta, algo increíble sucedió: ¡se abrió un portal mágico en medio del aula! Los rayos brillantes iluminaron la habitación y los transportaron a todos a otra dimensión. Al llegar al otro lado del portal, los niños se encontraron en un lugar lleno de colores vibrantes y criaturas fantásticas.
Había hadas que volaban entre las flores brillantes, unicornios trotando por prados verdes y duendes jugando alegremente. -¡Guau! ¡Esto es increíble! -exclamó Martina, la más valiente del grupo. -¡Sí! Nunca imaginé que algo así pudiera pasar -dijo Tomás con asombro.
En ese momento, apareció ante ellos un ser luminoso y sabio. Era el guardián de aquella dimensión mágica. -Bienvenidos, pequeños viajeros. Han llegado a Fantasilandia, un lugar donde los sueños se hacen realidad -dijo el guardián con voz cálida.
Los niños estaban emocionados y maravillados por todo lo que veían.
El guardián les explicó que cada uno de ellos tenía una misión especial en aquel mundo mágico: debían encontrar las tres gemas perdidas para restaurar el equilibrio en Fantasilandia y poder regresar a casa. Así comenzó la aventura de Martina, Tomás, Sofía y Juan en busca de las gemas perdidas. Recorrieron bosques encantados, cruzaron ríos cristalinos y desafiaron a criaturas misteriosas.
En el camino aprendieron el valor de la amistad, la importancia del trabajo en equipo y la fuerza que surge cuando se enfrentan juntos a los desafíos. Después de superar muchas pruebas emocionantes y peligrosas, finalmente encontraron las tres gemas perdidas.
Al colocarlas en su sitio correcto, el portal mágico se abrió nuevamente ante ellos. -Ha sido un honor guiarlos en esta aventura. Ahora es hora de regresar a su mundo -dijo el guardián con una sonrisa amorosa.
Los niños se despidieron con nostalgia pero felices por todo lo vivido. Cruzaron el portal y volvieron al salón de clases justo antes del timbre para irse a casa.
Esa tarde, mientras caminaban juntos hacia sus hogares, Martina dijo:-¡Fue increíble lo que vivimos hoy! Aprendimos tanto juntos... -Sí... Y descubrimos que siempre podemos contar unos con otros para salir adelante -agregó Juan con una mirada llena de complicidad entre amigos.
Y así terminó la inolvidable aventura de Martina, Tomás, Sofía y Juan en Fantasilandia; una experiencia que nunca olvidarían y que los acompañaría siempre como un tesoro invaluable lleno de enseñanzas sobre amistad, valentía y trabajo en equipo.
FIN.