Los Guardianes de la Ciudad Limpia



Era una mañana soleada en Villa Clara, una ciudad llena de colores y risas, pero también con un problema: la basura se acumulaba en sus calles. Los vecinos se quejaban y siempre decían lo mismo: "Ya nadie cuida de nuestra ciudad". Sin embargo, un grupo de seis amigos decidió que eso debía cambiar.

"¿Qué tal, chicos? ¿Vieron cómo está la plaza?", dijo Sofía, jefa del grupo, mientras daba un vistazo a los papeles y botellas que adornaban el suelo.

"Sí, ¡es un desastre!", exclamó Lucas, que siempre tenía un gran sentido de la justicia. "No entiendo cómo podemos dejar que nuestra ciudad se vea así."

"Deberíamos hacer algo al respecto", sugirió Ana, una chica tímida pero llena de ideas. "Podríamos iniciar un proyecto para limpiar y cuidar nuestro barrio."

Todos acordaron, pero pronto se dieron cuenta de que no solo limpiarían. Fue así que decidieron crear 'Los Guardianes de la Ciudad Limpia'.

El primer paso fue hacer carteles. Con papel reciclado y marcadores de colores, crearon anuncios llamativos que decían: "¡Únete a nosotros para mantener Villa Clara limpia!" Sin embargo, al salir a pegar los carteles, se toparon con un obstáculo inesperado.

"Miren eso", señaló Tomás, el bromista del grupo. "Ese tipo no recoge la basura de su negocio. Estoy seguro de que esto no va a funcionar."

A pesar de eso, Sofía propuso una idea valiente.

"Vamos a hablar con él y explicarle nuestro proyecto. Quizás se sienta motivado", dijo con firmeza.

Los chicos se acercaron al hombre, quien identificaron como Don Pedro, el dueño de la tienda de golosinas. Con un poco de nerviosismo, Sofía dijo:

"Hola, Don Pedro. Somos Los Guardianes de la Ciudad Limpia y queremos mantener nuestro barrio limpio. ¡Y necesitamos tu ayuda!"

Don Pedro los miró sorprendido y contestó:

"Mmmm, yo reciclo, pero no siempre puedo recoger toda la basura. A veces, los clientes son muy desconsiderados."

Los chicos lo invitaron a unirse a ellos. En lugar de desanimarse, Don Pedro se vislumbró como un buen aliado.

"Está bien, me uniré. Voy a colocar un tacho de basura frente a la tienda y también voy a educar a mis clientes sobre la importancia de no tirar basura."

Esa misma semana, los guardianes realizaron una gran campaña de limpieza. Cada sábado, se juntaban con varios vecinos y con Don Pedro. Con guantes y bolsas, empezaron a recoger todo lo que encontraban y a reciclar. Sin embargo, a medida que el grupo crecía, también crecieron los desafíos.

Un día, cuando estaban recolectando residuos en la plaza, un grupo de adolescentes llegó, burlándose de ellos.

"¿A quién le importa? ¡Nadie va a ayudar! Ustedes son solo unos chicos!", dijo uno de los chicos más grandes.

Los Guardianes se sintieron desanimados, pero Sofía, decidió enfrentar la situación.

"Si nosotros no hacemos nada, ¿quién lo hará? El cambio comienza con nosotros. Los invitamos a unirse a nuestra misión y ver lo que podemos lograr juntos. Además, el medio ambiente es de todos".

Sorprendentemente, algunos adolescentes se acercaron, intrigados por el entusiasmo del grupo. Aceptaron la invitación y pronto se unieron a la causa.

Con el tiempo, Villa Clara comenzó a cambiar. La gente empezó a prestar atención a la basura que dejaba atrás. Don Pedro comentó un día.

"Miren cómo han crecido, ahora nadie deja la basura en el suelo. ¡Esto se siente increíble!"

Casi un año después, Villa Clara fue declarada "la ciudad más limpia". La alcaldía premió a los Guardianes por su esfuerzo.

"Gracias a ustedes, ahora nuestra ciudad brilla y todos nos sentimos con más ganas de cuidarla", dijo el alcalde, mientras se dirigía a los niños.

Desde ese día, Los Guardianes no solo mantuvieron limpia su ciudad, sino que también inspiraron a otras ciudades a unirse al movimiento. Sofía, Ana, Lucas, Tomás y los demás sabían en el fondo que, aunque podían enfrentar burlas y desafíos, su esfuerzo valió la pena. Habían demostrado que juntos pueden cambiar la historia de Villa Clara por siempre.

"¿Qué tal si ahora escribimos un libro sobre esto para inspirar a otros?", sonrió Ana.

La idea fue festivamente aceptada, y así comenzaron a escribir las aventuras de Los Guardianes de la Ciudad Limpia, dejando un legado que perduraría en el tiempo y que, sin dudas, motivaría a muchos más a cuidar nuestro planeta.

Fin.

FIN.

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