Los guardianes de la comunidad




En un pequeño pueblo, vivían David y Elisa, dos jóvenes que compartían un sueño: ayudar a los demás. David quería ser policía y Elisa era educadora social. Se conocieron en una actividad comunitaria y desde entonces no se separaron.

Decidieron irse a vivir juntos en una acogedora casa con un gran jardín, donde vivían sus dos perros, Rocky y Lola, y un simpático conejo llamado Pelusa. Juntos formaron una familia muy unida.

Un día, mientras paseaban por el parque, vieron a unos niños jugando. - Mira, Elisa, esos niños parecen estar solos, no los veo con ningún adulto. -Sí, David, creo que necesitan nuestra ayuda, vamos a acercarnos y conocerlos. Los dos se acercaron a los niños y se presentaron.

Descubrieron que los niños no tenían a nadie con quien jugar ni adultos que los cuidaran mientras sus padres trabajaban. David y Elisa decidieron organizar actividades en el parque para que los niños se divirtieran y pudieran aprender cosas nuevas.

Poco a poco, más niños se unieron a sus actividades. Sin embargo, un día, mientras jugaban, vieron a unos adolescentes causando desorden. -Esto no puede seguir así, Elisa.

Debemos hacer algo para que nuestra comunidad sea un lugar seguro para todos. -Tienes razón, David. Creo que con un poco de educación y orientación, los adolescentes podrían cambiar su comportamiento.

Los dos idearon un plan para crear un programa que enseñara a los adolescentes sobre el valor de la responsabilidad y el respeto. Al principio, los jóvenes se mostraron reacios, pero con el tiempo, comenzaron a participar en las actividades y a cambiar sus actitudes. La comunidad empezó a notar la diferencia y agradeció el esfuerzo de David y Elisa.

La alcaldesa los felicitó por su labor y les agradeció por ayudar a construir un lugar mejor para todos. Los niños, los adolescentes e incluso los adultos los miraban con admiración.

David y Elisa se dieron cuenta de que, aunque no llevaban uniforme, estaban cumpliendo su sueño de proteger y servir a su comunidad. Vivieron felices sabiendo que, juntos, podían hacer la diferencia.

FIN.

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