Los Guardianes de la Dignidad
En un pequeño pueblo llamado Arcoíris, había una escuela que llevaba el mismo nombre. Allí, un grupo de niños llenos de energía y sueños compartían sus días. Sin embargo, en la clase de cuarto grado, había un problema que preocupaba a todos: siempre había un compañero que se burlaba de los demás, a quien llamaban 'Luisito el Bullicioso'.
Un día, mientras todos jugaban durante el recreo, Cami, una niña muy valiente, afirmó: "¡Basta, no podemos dejar que Luisito se siga burlando de nosotros! ¡Debemos hacer algo!"
Sofía, su mejor amiga, le respondió. "Pero, ¿qué podemos hacer? Él siempre resulta más fuerte que todos nosotros juntos..."
Cami pensó un momento y luego dijo: "Podemos convertirnos en los Guardianes de la Dignidad y hacerle ver que sus acciones lastiman a las personas. ¡No podemos dejar que el miedo nos detenga!"
Sus compañeros se miraron entre sí, dudando, pero al final, decidieron unirse a Cami: Benja, Nico, y Valen. Juntos formaron un pequeño grupo, decididos a enfrentarse al problema con valentía.
En la próxima clase, Cami y sus amigos se prepararon para hablar con Luisito. Al verlo solo en la esquina del jardín, Cami se acercó: "Hola, Luisito. Te queremos hablar sobre cómo te comportás. Creemos que deberías ser parte de nuestro grupo, en lugar de hacer sentir mal a los demás. ¿Qué pensás?"
Luisito, al principio sorprendido, contestó: "¿Yo? ¿Pero yo sólo me estoy divirtiendo!"
Valen se animó a intervenir: "Pero, ¿te gustaría que alguien hiciera eso contigo? A veces lo que consideramos diversión, puede lastimar a otros y eso no está bueno. Todos merecemos respeto y dignidad. Así como nosotros queremos ser escuchados, también queremos escuchar lo que tenés para decir.
Luisito se quedó en silencio, reflexionando sobre las palabras de sus compañeros.
Al darse cuenta de que sus actos estaban lastimando a otros, de pronto sintió una pizca de empatía. "No quería hacerles daño. Solo quería jugar, pero... no pensé que eso podría doler. Mis viejos siempre se pelean y a veces me siento solo. Por eso me comporto así..."
Todos se sintieron un poco más aliviados al escuchar lo que había dicho Luisito. Cami le dijo: "Luisito, todos enfrentamos problemas y nuestras familias no siempre son perfectas, pero eso no quiere decir que tengamos que lastimar a otros. En cambio, ¿qué te parece si juntos encontramos una forma de jugar que incluya a todos?"
Luisito asintió, con una leve sonrisa. "Me gustaría intentar, pero no sé cómo hacerlo..."
Nico, el más creativo del grupo, tuvo una idea. "Podemos organizar un juego de búsqueda del tesoro en el patio. ¡Así todos participamos y nadie se siente excluido!"
No solo aceptaron la idea, sino que el grupo de los Guardianes de la Dignidad estuvo a cargo de organizarlo. Se dividieron las tareas para asegurarse de que todos se sintieran incluidos.
El día de la búsqueda del tesoro, los niños, incluyendo a Luisito, estaban nerviosos y emocionados al mismo tiempo. Camis, con una voz fuerte, lanzó el primer desafío. "¡Búsquen la clave oculta en el rincón del jardín! ¡El grupo que lo logre primero, ganará!"
Entre risas, carreras y nuevos lazos de amistad, los niños trabajaron juntos. Luisito, sintiéndose parte del grupo, se convirtió en un gran líder, animando a los demás y ayudando a resolver los acertijos. Cuando encontraron el tesoro—a unos dulces escondidos en un cofre—fue un momento de euforia.
Al final del día, todos se sentaron juntos bajo un árbol en el patio, compartiendo golosinas. Cami, mirando a todos con una sonrisa, dijo: "Hoy aprendimos que todos merecemos dignidad, y que juntos podemos hacer de nuestra escuela un lugar mejor."
Luisito, sonriendo, confesó: "Nunca pensé que iba a tener tantos amigos. Gracias por ayudarme a entender."
Desde ese día, los Guardianes de la Dignidad se convirtieron en los defensores del respeto y la inclusión en la escuela Arcoíris, creando un ambiente donde todos pudieran disfrutar, aprender y ser escuchados. Y así, el pueblo entero se transformó poco a poco en un lugar donde la amistad y la dignidad se convirtieron en el timón que guiaba a todos hacia un futuro más brillante.
FIN.