Los guardianes de la luz del bosque mágico



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Luminaria, donde todas las casas estaban decoradas con luces de colores. Pero había una casa que destacaba entre todas: la casa de la familia Led.

En esa casa vivían papá Led, mamá Led y sus dos hijos, Rojito y Azulita. Rojito era un led rojo muy alegre y siempre estaba lleno de energía.

Le encantaba jugar al fútbol con los demás niños del pueblo y bailar al ritmo de la música que sonaba en las fiestas. Azulita, por otro lado, era un led azul tranquilo y curioso. Pasaba su tiempo leyendo libros sobre ciencia e inventando cosas nuevas en su pequeño taller.

Un día soleado, mientras jugaban en el jardín de su casa, Rojito tuvo una idea emocionante:- ¡Chicos! ¿Qué les parece si exploramos el bosque mágico hoy? - ¡Sí! - exclamó Azulita emocionada - Pero debemos tener cuidado.

Los hermanos se adentraron en el bosque mágico siguiendo un sendero lleno de luces brillantes. Mientras caminaban, notaron algo extraño: las luces comenzaron a apagarse poco a poco hasta que quedaron completamente a oscuras. - ¡Ay! ¿Qué pasó? - preguntó Rojito asustado. - No lo sé...

pero no podemos quedarnos aquí sin luz - respondió Azulita preocupada. Entonces vieron una pequeña luz titilante en medio del bosque. Se acercaron lentamente y descubrieron que era un led verde llamado Verdecito.

- ¡Hola! ¿Qué hacen aquí? - preguntó Verdecito con curiosidad. Los hermanos Led le explicaron lo que había sucedido y Verdecito les dijo que las luces del bosque mágico se habían apagado porque el hada de la luz, Luzita, había perdido su varita mágica.

Sin esa varita no podía hacer que las luces brillaran. - Pero no se preocupen, estoy seguro de que podemos ayudarla a encontrarla - dijo Verdecito con confianza. Juntos comenzaron a buscar por todo el bosque, siguiendo las pistas dejadas por Luzita.

Pasaron por ríos cristalinos y cuevas oscuras hasta llegar a un claro donde encontraron a Luzita llorando desconsolada. - ¿Qué te pasa, Luzita? - preguntó Azulita preocupada.

Luzita les contó cómo había perdido su varita mágica mientras jugaba con los animales del bosque. Sin ella, no podía traer de vuelta la luz al bosque mágico. Rojito tuvo una idea brillante:- ¡No te preocupes, Luzita! Podemos usar nuestros colores para iluminar el camino mientras buscamos tu varita.

Así fue como Rojito se encendió en un intenso color rojo y Azulita en un vibrante color azul. Juntos iluminaron todo el camino mientras seguían buscando la varita mágica de Luzita.

Finalmente, encontraron la varita escondida entre unas flores brillantes y se la devolvieron a Luzita. Ella estaba tan feliz que comenzó a girar su varita y todas las luces del bosque mágico volvieron a brillar con intensidad.

- ¡Muchas gracias, chicos! - dijo Luzita emocionada - Sin su ayuda, no hubiera podido encontrar mi varita y traer de vuelta la luz al bosque. Los hermanos Led sonrieron orgullosos y regresaron a casa junto a Verdecito.

Desde ese día, Rojito, Azulita y Verdecito se convirtieron en los guardianes de la luz del bosque mágico y siempre estuvieron dispuestos a ayudar cuando alguien necesitaba iluminación. Y así fue como los leds de colores demostraron que juntos pueden hacer cosas maravillosas y llenar el mundo de luz. Fin.

FIN.

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