Los Guardianes de la Magia Literaria



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Cuentacuentos, donde vivían dos hermanitos muy curiosos y aventureros: Sofía y Mateo.

Les encantaba jugar en una casa abandonada que estaba en un terreno baldío, donde imaginaban ser valientes exploradores de tiempos pasados. Un día, mientras jugaban a las escondidas, escucharon ruidos extraños afuera de la casa. Al asomarse por la ventana, vieron a varios policías rodeando el lugar.

Se quedaron quietos y observaron con atención hasta que vieron a un hombre alto y delgado que se acercaba lentamente a la puerta de la casa. Parecía misterioso y algo inquietante.

Al abrir la puerta, el hombre entró sonriendo y dijo: "¡Hola! Mi nombre es Gabo Cafú, ¿puedo jugar con ustedes?". Sofía y Mateo se miraron sorprendidos pero decidieron darle una oportunidad al nuevo visitante. "¿Qué juegos te gustan, Gabo?", preguntó curiosa Sofía.

"Me encanta contar historias fantásticas llenas de magia y aventuras", respondió Gabo con entusiasmo. Los tres se sentaron en círculo en el suelo polvoriento de la antigua casa y Gabo comenzó a narrar cuentos increíbles sobre dragones voladores, princesas valientes y piratas buscando tesoros perdidos.

Los niños estaban fascinados por las historias tan emocionantes que les contaba Gabo. De repente, mientras Gabo narraba cómo el héroe derrotaba al monstruo marino para salvar al reino encantado, escucharon más ruidos afuera.

Los policías habían rodeado completamente la casa e intentaban entrar. "¡Tenemos que salir de aquí rápido!", exclamó Mateo preocupado. "No te preocupes", dijo Gabo tranquilamente. "Confíen en mí".

Gabo se levantó con determinación y les indicó a los niños seguirlo hacia el sótano secreto de la casa. Allí encontraron un viejo túnel subterráneo que los llevó directamente al bosque detrás del terreno baldío. Mientras corrían entre los árboles, los niños le preguntaron a Gabo quién era realmente y por qué los ayudaba.

Él les explicó que era un viajero del tiempo que había llegado desde el futuro para asegurarse de proteger la magia de las historias infantiles en todas partes del mundo.

Sofía y Mateo entendieron entonces que habían conocido a un verdadero guardián de los sueños e imaginación infantil. Juntos prometieron seguir creyendo en la importancia de leer cuentos maravillosos y compartirlos con todos aquellos que pudieran necesitar un poco más de magia en sus vidas.

Desde ese día, cada vez que volvían a jugar en esa antigua casa abandonada recordaban con cariño al misterioso viajero del tiempo llamado Gabo Cafú, quien les enseñó que siempre hay espacio para soñar incluso en medio del caos o peligro aparente.

Y así continuaron su vida llena de aventuras leyendo cuentos fantásticos juntos como verdaderos amigos inseparables.

FIN.

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