Los Guardianes de la Montaña



Había una vez en el pueblo de Villa Aventura tres amigos muy curiosos y valientes: Martín, Juan y Sofía.

Un día, mientras jugaban en el parque, Martín miró hacia las montañas que rodeaban su pueblo y dijo:- ¡Chicos, ¿se han preguntado alguna vez qué habrá detrás de esas montañas? Juan y Sofía se quedaron pensativos por un momento, hasta que finalmente Juan respondió:- ¡Tienes razón! Nunca lo hemos explorado. Podría ser emocionante descubrirlo.

Sofía, la más intrépida del grupo, se emocionó al instante y exclamó:- ¡Vamos a averiguarlo! Será nuestra mayor aventura. Los tres amigos decidieron prepararse para la expedición. Empacaron comida, agua, linternas y todo lo necesario para un viaje a lo desconocido.

Al día siguiente, al amanecer, partieron rumbo a las montañas. El camino estaba lleno de obstáculos: ríos que cruzar, árboles caídos y senderos estrechos. Sin embargo, juntos lograron superar cada desafío con valentía y determinación.

Mientras avanzaban escuchaban el canto de los pájaros y sentían la frescura del aire puro de la naturaleza.

Después de horas caminando llegaron a un lugar sorprendente: una cascada gigante que caía desde lo alto de la montaña formando un arco iris con sus colores brillantes. Martín señaló maravillado:- ¡Nunca imaginé que encontraríamos algo tan hermoso aquí! Pero su asombro no terminaba ahí. Al acercarse a la cascada descubrieron una cueva oculta detrás del agua que caía.

Intrigados por lo que podrían encontrar adentro, decidieron entrar con precaución. Dentro de la cueva encontraron antiguos dibujos en las paredes que parecían contar historias sobre los primeros habitantes del lugar.

Sofía observaba detenidamente cada detalle cuando de repente gritó emocionada:- ¡Miren esto! Parece ser un mapa antiguo que marca un tesoro escondido en las profundidades de la montaña. Juan y Martín se acercaron para ver el mapa y juntos trazaron un plan para llegar hasta el tesoro misterioso.

Con ayuda de las linternas exploraron cada rincón oscuro de la cueva hasta dar con una puerta secreta. Al abrirla ante sus ojos se reveló una sala llena de oro y joyas centelleantes.

Los tres amigos se miraron incrédulos por unos segundos antes de dejar escapar gritos de alegría y abrazarse celebrando su hallazgo. Después de reagarrar parte del tesoro como recuerdo decidieron regresar al pueblo para contarle a todos sobre su increíble aventura detrás de las montañas.

Desde ese día, Martín, Juan y Sofía se convirtieron en héroes locales admirados por su valentía e ingenio.

Y así concluyó esta historia donde tres amigos descubrieron que más allá del miedo a lo desconocido se esconden grandes tesoros esperando ser encontrados por aquellos dispuestos a embarcarse en una gran aventura.

FIN.

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