Los Guardianes de la Seguridad Vial



Era un día soleado en la escuela primaria El Álamo, donde un grupo de chicos de quinto año, conocidos como los Guardianes de la Seguridad Vial, se habían reunido en el patio después de clases. Estaban muy entusiasmados, ya que habían decidido que era tiempo de hacer algo importante para mejorar la seguridad en su barrio.

"Chicos, ¡tenemos que pensar en algo impactante!" - dijo Sofía, con sus trenzas saltando al ritmo de su energía.

"Yo propongo que hagamos afiches y los pongamos por toda la escuela!" - sugirió Lucas, moviendo una mano y señalando hacia el cielo.

"Sí, pero también deberíamos pensar en cómo involucrar a los adultos. A veces no prestan atención a las señales de tránsito" - agregó Martina, imaginando cómo podrían hacer ruido con su mensaje.

Mientras discutían ideas, un grupo de chicos mayores pasaron cerca, riendo y empujándose. Uno de ellos, Joaquín, se detuvo a mirar a los más pequeños.

"¿Qué hacen ustedes? ¿Haciendo un club de dibujo?" - se burló Joaquín, cruzando los brazos.

"No, estamos trabajando para hacer el barrio más seguro a través de la seguridad vial" - respondió Lucas, con firmeza.

"¿Y eso qué les importa?" - continuó Joaquín, sin prestarle atención.

Martina, decidida a no dejarse desanimar, propuso:

"Podemos hacer una campaña de concientización. Tal vez un desfile o algo así. Si ellos ven que hay chicos tan empeñados, tal vez se sumen".

Todos estuvieron de acuerdo y empezaron a planear. Cada niño aportó ideas: una competencia de dibujos, un concurso de carteles y hasta un día de actividades en el parque, donde los adultos también pudieran participar.

El lunes siguiente, se reunieron con la directora de la escuela, la señora Ana, quien siempre apoyaba sus iniciativas.

"Estamos muy orgullosos de ustedes. ¡Me encanta la idea de involucrar a la comunidad!" - les dijo, sonriente.

Con el apoyo de la directora, los Guardianes de la Seguridad Vial comenzaron su campaña. Unos días después, se organizó un desfile por las calles del barrio. Los chicos iban vestidos de llamativos trajes viales, algunos representando pasos de peatones y otros con carteles que decían: "¡A la seguridad vial le damos prioridad!".

Durante el desfile, se encontraron con Joaquín de nuevo. Esta vez, no podía evitar admirar la energía y la pasión de los chicos.

"¿Qué les pasa? ¿Acaso están locos o qué?" - preguntó, con una sonrisa en el rostro.

"Estamos tratando de hacer de nuestro barrio un lugar más seguro. ¿Te gustaría ayudarnos?" - respondió Sofía, acercándose a él.

Joaquín levantó una ceja, sorprendido.

"¿De verdad?" - dijo, pensativo.

"Sí, todos podemos colaborar. Lo que queremos es que todos se sientan seguros al cruzar la calle" - explicó Lucas.

Después de un rato, Joaquín decidió unirse a ellos. Juntos, comenzaron a hacer propuestas en la escuela sobre cómo podían hacer más actividades y cómo hablar con los adultos sobre la importancia de la seguridad vial.

Ese día, un proyecto se convirtió en un gran movimiento. Los chicos comenzaron a trabajar juntos en una reunión semanal, donde invitaban a cualquier interesado. Pronto, el grupo creció, sumando a otros estudiantes, padres y hasta algunos vecinos.

Una de las actividades más emocionantes fue la "Gran Carrera de Bicicletas y Patinetas". Los chicos decoraron sus vehículos con reflectores y banderas para que todos pudieran verlos claramente. Al terminar la carrera, entregaron premios a los participantes, pero también hicieron juegos para enseñar a los más pequeños sobre la seguridad al andar en bicicleta.

"¡Cruzamos siempre en la senda peatonal!" - gritaba Martina mientras mostraba una bandera.

Un día, mientras preparaban un afiche sobre el uso del casco, la señora Ana apareció emocionada.

"Chicos, ¡esto ha impactado tanto que la municipalidad se interesó!" - exclamó.

Todos se miraron, con caras de sorpresa.

"¿De verdad?" - preguntó Lucas, sin poder creer lo que escuchaba.

"Sí, están considerando hacer un gran evento sobre seguridad vial, ¡y quieren que ustedes sean los protagonistas!" - dijo, sonriendo ampliamente.

Los Guardianes de la Seguridad Vial no podían creer lo que estaban escuchando. Su pequeño proyecto había crecido tanto que se había vuelto un ícono en la comunidad.

Al final del año escolar, se organizó un evento al que asistieron muchas personas. Con su esfuerzo, habían logrado que la gente prestara atención a la seguridad vial.

"Esto es sólo el principio. ¡Nuestra misión continúa!" - dijo Sofía, mirando a sus amigos y nuevos aliados.

"¡Sí! Y cada uno de nosotros podemos ser un guardián de la seguridad vial!" - añadió Lucas, levantando un puño en señal de victoria.

Así, los Guardianes de la Seguridad Vial recordaron a todos que, a veces, un pequeño grupo de estudiantes puede hacer una gran diferencia.

FIN.

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