Los guardianes de la selva


Había una vez un pequeño mono llamado Simón que vivía en la selva junto a su familia y amigos. A diferencia de los demás monos, Simón soñaba con explorar el espacio exterior y descubrir nuevos planetas.

Un día, mientras jugaba cerca del río, Simón encontró un extraño objeto brillante. Al acercarse, se dio cuenta de que era una nave espacial abandonada. Sin pensarlo dos veces, decidió subirse a ella y comenzar su aventura intergaláctica.

Una vez dentro de la nave, Simón se sorprendió al ver todos los botones y controles. No sabía cómo funcionaba todo aquello, pero estaba decidido a aprender y cumplir su sueño. La nave despegó con fuerza y velocidad hacia las estrellas.

Simón estaba emocionado pero también asustado por lo desconocido que le esperaba en el espacio. Sin embargo, no se dejó intimidar por los desafíos que pudieran aparecer en su camino.

Mientras volaba por el universo, Simón hizo amistad con un simpático robot llamado Roco. Roco era muy inteligente y sabía mucho sobre los planetas y las estrellas. Juntos formaron un gran equipo dispuesto a enfrentar cualquier obstáculo.

Pasaron días explorando diferentes planetas llenos de criaturas extraterrestres curiosas y paisajes coloridos. En cada lugar aprendían algo nuevo sobre el universo: desde cómo flotar sin gravedad hasta cómo cultivar alimentos en mundos lejanos.

Un día, mientras investigaban un planeta cubierto de hielo, quedaron atrapados en una tormenta espacial terriblemente fría. La nave quedó dañada y parecía que no podrían continuar su viaje. Simón y Roco se encontraban preocupados, pero no se rindieron.

Con ingenio y trabajo en equipo, lograron reparar la nave utilizando materiales del planeta helado. Así, pudieron reanudar su aventura espacial con más fuerza y determinación que nunca. Finalmente, después de mucho tiempo explorando el espacio, Simón y Roco llegaron a un planeta lleno de vida y belleza.

Allí conocieron a unos seres amigables que les enseñaron sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y preservar los recursos naturales. Simón entendió entonces que su sueño no era solo descubrir nuevos lugares, sino también protegerlos para las generaciones futuras.

Decidió regresar a casa junto a su familia en la selva para compartir todo lo aprendido con ellos. Cuando volvió a la selva, todos los demás monos estaban emocionados por escuchar las increíbles historias de Simón sobre sus viajes espaciales.

Inspirados por sus aventuras, decidieron trabajar juntos para cuidar el entorno natural donde vivían. Y así fue como Simón el mono se convirtió en un héroe tanto en la selva como en el espacio.

Siempre recordaría aquel maravilloso viaje espacial que le enseñó valiosas lecciones sobre amistad, perseverancia y amor por nuestro hogar: La Tierra.

Desde aquel día, cada vez que miraba al cielo estrellado antes de dormir, sabía que siempre había algo nuevo por descubrir ahí afuera; pero también supo apreciar aún más todo lo hermoso que tenía en su hogar, la selva. Y así, Simón el mono vivió feliz y lleno de aventuras para siempre.

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