Los Guardianes de los Naranjos
Había una vez en la hermosa ciudad de Tumaco, un grupo de niños muy especiales. Ellos se llamaban Martina, Juanito, Sofía y Tomás.
Lo que más les gustaba en el mundo era cuidar los árboles de naranja que crecían en el parque principal. Un día, mientras estaban jugando cerca de los árboles, vieron a unos adultos malvados intentando cortar las ramas de los naranjos para llevarse todas las frutas.
Los niños se miraron con determinación y decidieron actuar para proteger a sus queridos árboles. Martina, la más valiente del grupo, se acercó a los adultos y les dijo con voz firme: "¡Deténganse! Estos árboles nos dan sombra en verano y frutas deliciosas en invierno.
No podemos permitir que los dañen". Los adultos se rieron de los niños y continuaron cortando las ramas sin importarles lo que decían. Entonces, Juanito tuvo una idea brillante.
Corrió hacia el grifo cercano y abrió el agua a toda potencia, mojando a los intrusos por completo. - ¡Ayuda! ¡Nos están mojando! -gritaron los adultos mientras escapaban empapados del parque. Los niños se abrazaron emocionados por su victoria. Sabían que debían seguir protegiendo a sus amados árboles de naranja.
Días después, cuando paseaban por el parque, descubrieron algo terrible. Había un insecto dañino que estaba atacando las raíces de los naranjos. Los niños sabían que debían actuar rápido si querían salvar sus árboles.
Sofía recordó una receta especial que su abuela le había enseñado para repeler ese tipo de insectos. Todos juntaron ingredientes y prepararon una mezcla mágica que rociaron alrededor de las raíces de los árboles.
Poco tiempo después, las raíces sanaron y los naranjos volvieron a florecer más fuertes que nunca. Los niños habían salvado el día una vez más. Desde entonces, todos en la ciudad admiraban la dedicación y valentía de estos pequeños guardianes de la naturaleza.
Los niños aprendieron lo importante que es cuidar el medio ambiente y trabajar juntos para protegerlo.
Y así fue como Martina, Juanito, Sofía y Tomás se convirtieron en héroes locales, demostrando al mundo entero que incluso los más pequeños pueden lograr grandes cosas cuando trabajan unidos por una causa noble como la protección de la naturaleza.
FIN.