Los guardianes del bosque
Había una vez un grupo de amigos adolescentes llamados Juana, Marcos, Sofía y Tomás. Ellos vivían en un pequeño pueblo rodeado de hermosos bosques y montañas.
Un día, escucharon una leyenda sobre una criatura mágica que habitaba en el bosque para proteger a todos los que lo visitaban. Intrigados por la historia, los amigos decidieron ir a hacer senderismo al bosque para ver si encontraban a esa criatura tan especial.
Empacaron sus mochilas con agua, comida y linternas, y se adentraron en el espeso bosque. Mientras caminaban entre los árboles altos y frondosos, comenzaron a sentirse observados. De repente, una figura misteriosa apareció frente a ellos.
Era la criatura de la leyenda: un ser con ojos brillantes y pelaje suave como el terciopelo. "-¡Hola! -dijo Juana-. Hemos venido porque hemos escuchado sobre ti y queremos conocerte. "La criatura sonrió amablemente y respondió: "-Me alegra que hayan venido.
Soy protectora de este bosque y estoy aquí para cuidar de ustedes". Los amigos estaban emocionados por conocerla e hicieron muchas preguntas sobre sus poderes mágicos.
La criatura les contó cómo podía guiarlos en el bosque para evitar que se perdieran y cómo podía ayudarlos en situaciones peligrosas. Pero luego llegó el momento más importante: la criatura les pidió un sacrificio para liberarse de su deber de protección. "-Para seguir cuidando del bosque y mantenerlo seguro -explicó-, necesito un regalo de cada uno de ustedes.
No tiene que ser algo material, sino algo que represente su amor y respeto por la naturaleza". Los amigos se miraron entre sí, pensando en qué podrían darle a la criatura.
Sofía recordó que tenía una pulsera hecha con piedras encontradas en el bosque y decidió ofrecérsela como regalo.
Marcos le dio una hoja especial que había encontrado durante el senderismo y Tomás compartió su dibujo de un pájaro que había hecho inspirado por los sonidos del bosque. Juana, sin embargo, no tenía nada para ofrecer. Se sentía triste porque quería ayudar a la criatura también. La criatura notó la tristeza en los ojos de Juana y le dijo: "-No te preocupes, querida amiga.
Tu amor y respeto por este bosque es suficiente regalo para mí". Los amigos quedaron sorprendidos al ver cómo la criatura aceptaba sus ofrendas con gratitud y alegría.
En ese momento, sintieron una conexión especial con ella y prometieron cuidar del bosque tanto como pudieran. A partir de ese día, Juana, Marcos, Sofía y Tomás visitaron regularmente el bosque para disfrutar de su belleza natural.
Aprendieron a respetar todas las formas de vida que habitaban allí y se convirtieron en defensores del medio ambiente. La leyenda sobre la criatura mágica se extendió por todo el pueblo, inspirando a más personas a cuidar del bosque también.
Y así fue como unos simples adolescentes descubrieron la importancia de proteger nuestro entorno natural y aprendieron que cada pequeño gesto de amor y respeto puede marcar la diferencia. Fin.
FIN.