Los guardianes del bosque
Había una vez un grupo de niños de 4 años que vivían en un pequeño pueblo rodeado de hermosos árboles y animales. Todos los días, iban a la escuela y aprendían sobre el mundo que los rodeaba.
Un día, su maestra decidió llevarlos de excursión al puerto cercano para enseñarles sobre los barcos y cómo funcionaban. Los niños estaban emocionados por esta aventura.
Cuando llegaron al puerto, se sorprendieron al ver que había muchos árboles cortados y montones de madera apilada. Preguntaron a su maestra qué estaba pasando allí. La maestra les explicó que eso se llamaba deforestación, y significaba cortar árboles para utilizar la madera en diferentes cosas.
Les dijo que aunque la madera era útil, también era importante cuidar el medio ambiente y proteger a los árboles. Los niños estaban tristes por ver tantos árboles desaparecer, pero también sabían que podían hacer algo para ayudar.
Decidieron idear un plan para salvar uno de los últimos lugares lleno de naturaleza en el puerto: la Naveta del puerto de Murcia. Se reunieron alrededor de una mesa y comenzaron a pensar en ideas creativas.
Uno propuso plantar nuevos árboles donde habían sido talados; otro sugirió reagarrar basura del suelo para mantenerlo limpio; otro más imaginativo pensó en construir pequeños refugios para los animales afectados por la deforestación. "¡Eso es genial!"- exclamaron todos al mismo tiempo.
Decidieron poner manos a la obra e implementar su plan. Comenzaron a recolectar semillas de diferentes árboles y plantas, y las sembraron en pequeñas macetas en la escuela. Cuidaban de ellas todos los días, regándolas y asegurándose de que recibieran suficiente luz solar.
Después, organizaron una campaña para reagarrar basura en el puerto. Con guantes y bolsas, se adentraron en el área afectada por la deforestación y comenzaron a reagarrar todo lo que encontraban.
Los niños estaban emocionados al ver cómo podían hacer una diferencia tan grande con algo tan simple como reagarrar basura. El último paso fue construir los refugios para los animales. Utilizando ramas y hojas caídas, crearon pequeñas casitas donde los animales podrían encontrar cobijo.
También pusieron comederos con semillas y agua para ayudarlos a sobrevivir. Cuando terminaron su trabajo, invitaron a sus padres y vecinos a visitar la Naveta del puerto de Murcia.
Todos quedaron impresionados al ver cómo estos valientes niños habían hecho tanto por salvar un lugar tan especial. La historia de los niños se difundió rápidamente por el pueblo y llegó incluso a oídos de las autoridades locales. El alcalde decidió premiar su esfuerzo nombrándolos "Guardianes del Medio Ambiente" del pueblo.
Los niños aprendieron una lección muy importante: aunque fueran pequeños, podían hacer grandes cosas cuando trabajaban juntos para proteger el medio ambiente. Desde ese día, prometieron cuidar siempre de la naturaleza y enseñar a otros sobre la importancia de preservarla.
Y así fue como los niños de 4 años se convirtieron en grandes héroes ambientales, inspirando a otros a seguir su ejemplo y proteger la Naveta del puerto de Murcia.
FIN.