Los Guardianes del Bosque



En un pequeño pueblo rodeado de frondosos árboles y bellos paisajes, vivía un niño llamado Sergio. Desde que era muy pequeño, Sergio había desarrollado una fascinación extraordinaria por la naturaleza. Paseaba por el bosque todos los días, imaginando aventuras y estimulando su curiosidad.

Un día, mientras exploraba un rincón del bosque que nunca había visto antes, se encontró con un árbol gigantesco y majestuoso, que parecía tener siglos de antigüedad. Sus ramas se extendían como brazos protectores y su tronco era tan ancho que dos Sergio juntos no podrían rodearlo.

"¡Vaya! ¿Quién sos vos?" - exclamó Sergio, mirando maravillado al árbol.

"Soy Eldor, el árbol guardián de este bosque" - respondió el árbol con voz profunda y suave. "He estado esperando a alguien como vos, un amigo que ame la naturaleza y quiera protegerla."

Sergio no podía creer lo que estaba escuchando. "¿Necesitás ayuda? ¿Cómo puedo ayudar?" - preguntó ansioso.

Eldor le explicó que cada año, el bosque enfrentaba un peligro: un grupo de personas que querían talar árboles para construir una gran ciudad. "Los árboles y los animales que viven aquí serán heridos, y el equilibrio de la naturaleza se romperá. Necesitamos un plan y, aquí es donde entras vos, Sergio".

Entusiasmado, Sergio propuso una idea. "¡Podríamos hacer una gran fiesta en el bosque! Invitaríamos a todos los habitantes del pueblo para que vean lo hermoso que es este lugar. Así entenderán que debemos cuidarlo".

Eldor sonrió. "Esa es una idea brillante, Sergio. Haremos una celebración del bosque. Pero necesitaremos la ayuda de los demás árboles guardianes de la región".

Con una sonrisa, Eldor se inclinó y, milagrosamente, otros árboles empezaron a hablar. Con sus voces, formaron un coro melodioso que llenó el aire de magia y esperanza. Cada árbol compartió su historia, sus sueños y su deseo de seguir protegiendo la belleza del bosque.

La mañana de la fiesta, el bosque brillaba con luces y colores. Los habitantes del pueblo llegaron, intrigados por la música y el bullicio del lugar.

"¿Qué está pasando aquí?" - preguntó Carla, una amiga de Sergio.

"Estamos celebrando nuestro hermoso bosque, vení!" - respondió él emocionado.

La fiesta comenzó con danzas, juegos y muchas sonrisas. A cada paso que daban, la gente podía ver la belleza de la naturaleza: mariposas multicolores, ríos que cantaban melodías suaves y el aire lleno de aromas frescos.

Cuando ya eran parte de esta celebración, Sergio subió a un tronco y dijo. "¡Queridos amigos! Este bosque es nuestro hogar, y necesitamos protegerlo. Sin los árboles, no hay vida. ¡Dediquémonos a cuidar nuestra naturaleza!"

Su discurso tocó los corazones de todos. La idea de talar el bosque empezaba a ser cuestionada.

"No sabía que estos árboles hablaban, que tenían historias para contar" - comentó un vecino.

Y así, el pueblo escuchó, aprendió a amar el bosque y decidió trabajar unido para protegerlo. Eldor y los árboles guardianes se sintieron emocionados, pues su mensaje había llegado.

Los días pasaron, y la idea de la tala se fue desvaneciendo. En su lugar, se organizó un proyecto para cuidar y reforestar el bosque, enseñando a los niños sobre la importancia de la naturaleza.

Sergio se convirtió en el defensor del bosque; mentores de muchos niños lo acompañaron en sus aventuras.

Al final, Eldor dijo, "Gracias, Sergio. Has demostrado que los más pequeños pueden hacer grandes cambios. No solo salvaste un bosque, sino que diste vida y esperanza a todos."

Y así, Sergio, el niño que amaba la naturaleza, se transformó en un gran amigo del bosque, uniéndose al canto de los árboles guardianes, quienes siempre lo acompañarían en sus aventuras futuras.

FIN.

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