Los Guardianes del Bosque
Había una vez, en la hermosa provincia de Corrientes, un grupo de amigos muy especiales llamados Mateo, Sofía y Tomás. Ellos vivían en un pequeño pueblo rodeado de naturaleza y animales maravillosos.
Un día soleado, mientras exploraban el bosque cerca de su casa, se encontraron con un pajarito que estaba herido. Mateo dijo preocupado: "¡Tenemos que ayudarlo! Necesitamos llevarlo a alguien que sepa cómo cuidar a los animales".
Los tres amigos tomaron al pajarito con mucho cuidado y corrieron hacia la casa de don Manuel, un señor amable que era experto en proteger a los animales. Al llegar allí, don Manuel les explicó: "Chicos, este pajarito es una especie muy especial llamada cardenal.
Debemos cuidarlo para que pueda volar libremente otra vez". Sofía preguntó curiosa: "¿Cómo podemos proteger a todos los animales y plantas del bosque?". Don Manuel sonrió y les contó una historia mágica sobre la importancia de cuidar la fauna y flora.
"Hace mucho tiempo", comenzó don Manuel, "había muchos árboles altos y frondosos en el bosque. Los animales vivían felices entre las ramas verdes y las flores coloridas.
Pero poco a poco, algunos árboles fueron cortados sin pensar en las consecuencias". "Las aves perdieron sus hogares y muchas plantas desaparecieron", continuó don Manuel. "Entonces los animales decidieron hacer algo al respecto. Se reunieron bajo el gran roble del bosque para encontrar soluciones juntos".
Tomás emocionado preguntó: "¿Qué hicieron los animales, don Manuel?". El señor sonrió y respondió: "Decidieron formar un equipo llamado "Los Guardianes del Bosque". Cada uno tenía una tarea especial para proteger a la fauna y flora".
Mateo levantó la mano y preguntó: "¿Cuál era mi tarea, don Manuel?". Don Manuel contestó: "Tú eras el guardián de los árboles. Tenías que asegurarte de que nadie los dañara y plantar nuevos árboles para que las aves puedan construir sus nidos".
Sofía entusiasmada preguntó: "¿Y cuál era mi tarea?". Don Manuel respondió: "Tú eras la guardiana de las flores. Debías cuidarlas para que siempre estén hermosas y llenas de vida.
Además, tenías que enseñar a otros niños cómo hacerlo". Tomás con curiosidad preguntó: "Don Manuel, ¿y cuál era su tarea?". El señor riendo dijo: "Mi tarea era ser el guardián de todos los animales.
Debía asegurarme de que tengan suficiente comida y agua, además de protegerlos de cualquier peligro". Los tres amigos se miraron emocionados y dijeron al unísono: "-¡Queremos ser guardianes del bosque también!". Don Manuel asintió con alegría y les entregó unos brazaletes especiales con símbolos mágicos.
A partir de ese día, Mateo, Sofía y Tomás se convirtieron en valientes guardianes del bosque. Juntos plantaron árboles, regaron las flores y construyeron casitas para los animales. También enseñaron a otros niños la importancia de cuidar la fauna y flora.
El bosque volvió a ser un lugar lleno de vida, con árboles altos, flores hermosas y animales felices. Mateo, Sofía y Tomás aprendieron que todos podemos hacer una diferencia si nos unimos para proteger la naturaleza.
Y así, cada vez que escuchaban el canto del cardenal en el bosque, sabían que estaban haciendo algo maravilloso por él y por todos los demás seres vivos.
Desde aquel día, Corrientes se convirtió en un lugar donde todos trabajan juntos para proteger su rica fauna y flora. Los niños crecieron felices sabiendo que habían hecho una gran diferencia en el mundo. Y colorín colorado, esta historia de amor por la naturaleza ha terminado.
Pero recuerda siempre: ¡proteger la fauna y flora es responsabilidad de todos!
FIN.