Los guardianes del buen trato


En una escuela muy alegre, vivían tres amigos muy especiales: Martina, Tomás y Sofía. Ellos eran conocidos por ser buenos amigos y siempre estar dispuestos a ayudar a los demás. Un día, mientras jugaban en el patio, escucharon a algunos compañeros discutiendo y peleando. Esto los entristeció mucho, ya que siempre habían soñado con una escuela llena de buen trato y amistad.

- ¿Qué podemos hacer para que todos se traten mejor? - preguntó Martina con tristeza en su voz.

- No sé, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados, tenemos que hacer algo - respondió Tomás decidido.

- Tal vez podríamos hablar con nuestra maestra para ver si podemos organizar alguna actividad para promover el buen trato - sugirió Sofía con esperanza en los ojos.

Decidieron ir juntos a hablar con la maestra, quien los escuchó atentamente y les propuso una idea maravillosa. Les sugirió formar un grupo llamado 'Los guardianes del buen trato', cuya misión sería promover el respeto y la amistad entre todos los alumnos de la escuela. Los tres amigos aceptaron emocionados y se pusieron manos a la obra.

El primer paso fue organizar una actividad donde cada niño pudiera expresar lo que significaba para ellos el buen trato. Martina, Tomás y Sofía se sorprendieron al ver que muchos niños tenían ideas brillantes y creativas para mejorar la convivencia. Juntos, idearon un mural gigante en el que cada alumno aportaría su mensaje de amistad y respeto.

Mientras pintaban el mural, notaron que algunos niños que antes peleaban, ahora trabajaban juntos y se divertían. La energía positiva fue tan contagiosa que incluso los que en principio se mostraban reacios, se animaron a participar. El mural se convirtió en un símbolo de unión y buen trato en la escuela.

Poco a poco, las actitudes empezaron a cambiar. Los niños comenzaron a escucharse, a respetarse y a solucionar sus diferencias de manera pacífica. El trabajo de 'Los guardianes del buen trato' había dado sus frutos y la escuela se llenó de alegría y armonía.

Martina, Tomás y Sofía se dieron cuenta de que, a pesar de ser pequeños, podían hacer grandes cambios si trabajaban juntos y con entusiasmo. Estaban felices de haber logrado su objetivo y sabían que su escuela sería un lugar mejor para todos. Desde ese día, se comprometieron a seguir velando por el buen trato y a seguir siendo los guardianes de la amistad y el respeto.

Dirección del Cuentito copiada!