Los guardianes del humedal de Santa Lucía
En el hermoso humedal de Santa Lucía, en Uruguay, vivía una familia de carpinchos muy especial. Estaban compuestos por el papá Carlitos, la mamá Carmela y sus tres pequeños hijos: Ciro, Camila y Coco.
Los carpinchos eran conocidos por ser muy inteligentes y solidarios con su comunidad. Un día, mientras paseaban por el humedal, los carpinchos notaron que algo no estaba bien. El agua estaba cada vez más sucia y llena de basura.
Los animales del lugar estaban preocupados por la contaminación que amenazaba su hogar. "¡Qué tristeza ver nuestro hogar así! Tenemos que hacer algo al respecto", dijo Carlitos con determinación.
Los carpinchos se reunieron para buscar una solución al problema ambiental que afectaba al humedal de Santa Lucía. Después de mucho pensar, a Ciro se le ocurrió una idea brillante. "¡Ya sé qué podemos hacer! Podemos organizar una jornada de limpieza entre todos los animales del humedal.
Así podremos trabajar juntos para recuperar la belleza natural de nuestro hogar", propuso emocionado. La idea fue recibida con entusiasmo por parte de todos los habitantes del humedal.
Los patos, las garzas, las nutrias y hasta los sapos se unieron a la iniciativa de los carpinchos. Juntos planearon la gran jornada de limpieza que tendría lugar al día siguiente. Al amanecer, todos los animales se reunieron en el punto acordado con bolsas y guantes listos para empezar la limpieza.
Trabajaron arduamente reagarrando basura, plásticos y todo tipo de desechos que encontraban en el agua y en las orillas del humedal. Con trabajo en equipo y mucho esfuerzo lograron limpiar gran parte del humedal.
Al final del día, estaban agotados pero felices por haber hecho algo importante por su hogar. "¡Lo logramos! Gracias a todos por su ayuda y compromiso con el medio ambiente", dijo Carmela orgullosa de su familia y amigos.
Poco a poco, gracias al esfuerzo conjunto de los animales del humedal, lograron recuperar la belleza natural de Santa Lucía. El agua volvió a estar limpia y cristalina, los árboles lucían más verdes que nunca y todos los habitantes vivían en armonía cuidando su entorno.
Desde ese día, en el humedal de Santa Lucía se celebraba anualmente la jornada de limpieza organizada por los carpinchos como símbolo de unidad y compromiso con el medio ambiente.
Y así demostraron que cuando trabajamos juntos podemos lograr grandes cosas ¡Incluso resolver problemas ambientales!
FIN.