Los guardianes del río



Había una vez un río cristalino que fluía a través de un hermoso bosque. En este río vivían cuatro jóvenes muy especiales: el pez dorado Lautaro, la tortuga valiente Martina, la libélula curiosa Sofía y el sapo aventurero Mateo. Estos amigos compartían la misma pasión por explorar, aprender y proteger su hogar: el río.

Un día, mientras nadaban alegremente, descubrieron que el agua cada vez estaba más sucia y llena de basura. Alarmados, decidieron tomar cartas en el asunto. -¡Chicos, nuestro río está en peligro! -dijo Martina con determinación.- Debemos hacer algo para salvarlo. Sofía propuso ir en busca de ayuda, mientras Lautaro, Martina y Mateo se encargarían de limpiar el río.

Sofía emprendió vuelo hacia el bosque en busca de aliados. Con su aguda mirada encontró a los castores, a las ranas y a los patos, quienes se unieron a la causa. Mientras tanto, en el río, Lautaro, Martina y Mateo trabajaban arduamente recogiendo la basura y concientizando a los demás animales sobre la importancia de mantener limpio el río.

Los días pasaron y, con esfuerzo y trabajo en equipo, el río volvió a ser cristalino. Los amigos se sentían felices de haber logrado su objetivo. Pero su labor no terminaba ahí. Decidieron formar un equipo llamado 'Los Guardianes del Río', cuya misión era proteger el río y educar a otros animales sobre la importancia de cuidar el medioambiente. Juntos, organizaron actividades de limpieza, charlas educativas y juegos para concientizar a todos los habitantes del bosque.

Con el tiempo, su compromiso dio frutos. El río se convirtió en un lugar limpio y seguro para todos los seres vivos. Y los Guardianes del Río se convirtieron en un ejemplo a seguir para la comunidad del bosque.

Y así, entre risas y aventuras, los jóvenes guardianes del río demostraron que, aunque fueran pequeños, podían hacer grandes cambios si trabajaban juntos con determinación y amor por la naturaleza.

FIN.

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