Los Guardianes del Tesoro de los Apus
En lo más alto de los Andes peruanos, vivía una comunidad de alpacas y llamas muy especiales. Eran conocidas como los guardianes del tesoro de los Apus, los espíritus de las montañas.
Este tesoro no era oro ni joyas, sino algo mucho más valioso: la pureza y la paz. Las alpacas y llamas eran responsables de proteger el equilibrio natural de la montaña, cuidando de las plantas, los ríos y los animales que allí habitaban.
Un día, un alud amenazó con destruir el valle donde vivían, poniendo en peligro el tesoro de los Apus. Las alpacas y llamas, lideradas por Pachacuti, un sabio anciano, decidieron buscar una solución. Recorrieron senderos empinados y atravesaron ríos turbulentos en busca de ayuda.
En su travesía, conocieron a una familia de cóndores, los señores del cielo, que decidieron unirse a la misión. Juntos, alpacas, llamas y cóndores, enfrentaron desafíos y superaron obstáculos.
Finalmente, con ingenio y valentía, lograron desviar el curso del río y evitar la devastación. Los animales comprendieron que la verdadera riqueza estaba en la unión, la amistad y el cuidado mutuo.
Desde entonces, la comunidad de alpacas, llamas y cóndores se convirtió en un ejemplo de cooperación y respeto por la naturaleza, inspirando a todos los seres de la montaña a preservar el tesoro de los Apus.
FIN.