Los Guardianes del Tiempo



Había una vez un niño llamado Liu, a quien le encantaba observar el tiempo y la temperatura.

Desde que se levantaba por la mañana, lo primero que hacía era correr hacia la ventana para ver cómo estaba el clima ese día. Un día soleado, Liu decidió salir a jugar al parque con su amigo Martín. Mientras jugaban en el arenero, Liu miraba constantemente hacia arriba y analizaba las nubes que se movían en el cielo.

"¡Mira, Martín! Esas nubes son cirros, eso significa que va a hacer mucho sol hoy", explicaba Liu emocionado. Martín escuchaba atentamente las explicaciones de su amigo y también comenzó a interesarse por el clima.

Juntos observaron cómo cambiaba el viento y cómo las hojas de los árboles se movían de un lado a otro. De repente, empezaron a sentir gotas de lluvia cayendo sobre sus cabezas. Liu rápidamente sacó su termómetro de bolsillo y midió la temperatura del ambiente.

"¡Está bajando la temperatura! Creo que se viene una tormenta", exclamó Liu preocupado. Decidieron regresar corriendo a sus casas antes de que comenzara a llover con fuerza.

Una vez adentro, desde la ventana veían caer las gotas mientras truenos retumbaban en el cielo. Al día siguiente, Liu y Martín fueron al colegio juntos. Durante la clase de Ciencias Naturales, la maestra les propuso hacer un experimento para medir la temperatura del agua en diferentes momentos del día.

Liu estaba emocionado con la idea y junto a Martín prepararon todo para llevar adelante el experimento. Colocaron termómetros en recipientes con agua fría y caliente, anotando las variaciones en cada momento.

Al finalizar el experimento, descubrieron que la temperatura del agua cambiaba según la hora del día y pudieron entender mejor cómo funciona este fenómeno natural.

Esa tarde, Liu llegó a casa contento por todo lo aprendido y le contó entusiasmado a su familia sobre su experiencia en el colegio. "¡Hoy descubrimos tantas cosas nuevas sobre el clima! ¡Fue increíble!", les dijo Liu emocionado. Desde ese día, Liu siguió observando con curiosidad el tiempo y la temperatura cada vez que podía.

Se dio cuenta de lo maravilloso que era aprender sobre estos fenómenos naturales y nunca dejó de sorprenderse ante ellos.

Y así, Liu continuó cultivando su pasión por conocer más acerca del clima, inspirando a otros niños como Martín a interesarse por este fascinante mundo lleno de secretos por descubrir.

FIN.

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