Los Guardians del Nilo



Era un hermoso día en las tierras fértiles que bordeaban el majestuoso río Nilo, donde tres amigos egipcios: Amir, Samir y Kareem, se dedicaban a cuidar de sus rebaños de ovejas. Ellos eran ganaderos desde pequeños y disfrutaban de la simplicidad y belleza de la vida en el campo.

Amir, el más extrovertido, solía contar historias sobre aventuras en el Nilo. Era el soñador del grupo. Samir, siempre con su gorra de paja, era el gracioso, que hacía reír a todos con sus bromas y ocurrencias. Kareem, el más trabajador, pasaba horas cuidando con dedicación a las ovejas, asegurándose de que todas estuvieran bien.

Un día, mientras llevaban a las ovejas a pastar, Amir propuso algo inesperado:

"¿Y si organizamos una carrera de ovejas? ¡Sería divertido!"

"¡Eso suena genial!", exclamó Samir, mientras empezaba a saltar de alegría.

"Pero necesitamos preparar algo especial para que sea una verdadera competencia", agregó Kareem, pensativo.

Así fue como los tres amigos se pusieron manos a la obra. Durante varias semanas, prepararon todo lo necesario: diseñaron un circuito a la orilla del Nilo, erigieron pequeñas vallas y colocaron banderas coloridas para marcar la ruta. Decidieron invitar a todos sus amigos del pueblo a la gran carrera.

El día de la carrera llegó y el lugar estaba lleno de risas y emoción. Las ovejas estaban listas, y el ambiente se llenó de una energía contagiosa. Justo cuando estaban a punto de comenzar, un anciano del pueblo se acercó a ellos:

"Queridos amigos, he estado escuchando sobre su carrera. Pero debo recordarles la importancia de cuidar y respetar a nuestros animales."

"Lo sabemos, abuelo", respondió Amir. "¡Las ovejas son nuestras amigas! Solo queremos divertirnos con ellas."

"Sí, además haremos que esto sea un festival, donde todos se diviertan", agregó Samir, haciendo reír al anciano.

"Está bien, pero cuídelas bien, son su responsabilidad."

Con la bendición del anciano, la carrera comenzó. Las ovejas corrían de un lado a otro, mientras Amir, Samir y Kareem animaban con gritos y aplausos. Pero de repente, una de las ovejas, la más pequeña y traviesa de todas, se desvió del camino y salió corriendo hacia el río.

"¡Oh no! ¡Luna, vuelve!", gritó Kareem, mientras los tres amigos corrían tras la oveja.

"¡Rápido, debemos alcanzarla!", dijo Amir, lleno de preocupación.

La pequeña Luna corría y corría, riendo como si fuera parte de un juego. Pero, cuando llegó al agua, se detuvo asustada.

"¡Luna, no te preocupes! ¡Estamos aquí!", gritó Samir, intentando acercarse despacio.

"Vamos, Kareem. ¡Tú sabes calmarla!"

"Sí, sé cómo hacerlo", asintió Kareem, acercándose lentamente.

"Luna, ven aquí. Eres una oveja valiente, y todos estamos contigo".

Con suavidad, Kareem se agachó y extendió su mano. Luna dio un paso hacia él, y sin pensarlo, saltó al agua.

"¡Oh no!", gritaron Amir y Samir, pero Kareem reaccionó rápidamente, lanzándose detrás de ella y logrando atraparla justo a tiempo.

Los tres amigos rieron aliviados, y mientras regresaban, comprendieron algo.

"Lo más importante no es ganar la carrera, sino cuidar a nuestros amigos", dijo Amir con una sonrisa.

"Exacto. Todos juntos logramos ayudar a Luna", agregó Samir, mientras la oveja lamía sus manos con ternura.

"Y eso es mucho más valioso que cualquier competición", concluyó Kareem, mirando a sus amigos con orgullo.

Al final del día, los tres amigos decidieron no solo hacer de la carrera un concurso, sino también un día de juegos, donde todos pudieran disfrutar de los animales y aprender sobre su cuidado. La carrera se convirtió en una celebración del amor hacia las ovejas y todos los animales del Nilo.

Desde entonces, organizan cada año el Festival de las Ovejas, donde no solo hay diversión, sino también cultura: juegos, danzas y enseñanzas sobre el respeto y la amistad. Y así, Amir, Samir y Kareem demostraron que el verdadero valor de la amistad y el cuidado hacia los demás siempre supera cualquier competición.

FIN.

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