Los Guías de la Villa Encantada



Había una vez en la Villa de montaña de Cangas, un grupo de estudiantes muy especiales: la clase de 5º B.

Todos los días, al salir de la escuela, se reunían en la plaza principal para jugar y planear nuevas aventuras juntos.

Un día, mientras jugaban a las escondidas, escucharon a lo lejos a su maestra, la señorita Laura, hablando con entusiasmo sobre cómo podían ayudar a promocionar los encantos De la Villa entre los turistas extranjeros que visitaban el lugar. Los oídos de los niños se pusieron alerta y rápidamente se acercaron para escuchar atentamente.

"-Chicos, ¿qué les parece si nos convertimos en guías turísticos por un día y mostramos todo lo maravilloso que tiene nuestra querida Villa? Será un desafío divertido y educativo", propuso la señorita Laura con una sonrisa. Los ojos de los niños brillaron de emoción ante semejante propuesta.

Todos estuvieron de acuerdo y comenzaron a planificar cómo llevar a cabo esta nueva misión. Decidieron dividirse en grupos para investigar sobre los lugares más emblemáticos De la Villa: desde las cascadas escondidas hasta las rutas de senderismo más hermosas.

Con mucho entusiasmo y trabajo en equipo, los niños recopilaron información detallada sobre cada lugar, practicaron sus discursos frente al espejo y crearon folletos informativos coloridos para entregar a los turistas. Estaban listos para ser los mejores guías De la Villa.

Llegó el gran día y con mochilas llenas de folletos y mucha energía positiva, se dirigieron hacia el centro turístico donde esperaban ansiosos a los primeros visitantes extranjeros. Al principio estaban nerviosos, pero en cuanto empezaron a hablar sobre las maravillas De la Villa, su timidez desapareció por completo.

"-¡Bienvenidos! ¡Estamos aquí para mostrarles todos los secretos que esconde nuestra hermosa Villa!", exclamaba emocionado Juan mientras guiaba al grupo hacia las cascadas escondidas. Los turistas quedaron impresionados con el conocimiento y pasión que demostraban estos pequeños guías.

Recorrieron juntos cada rincón especial De la Villa: desde el mirador con vistas panorámicas hasta el mercado artesanal donde podían comprar recuerdos únicos hechos por artistas locales.

Al final del día, cuando se despidieron de los turistas extranjeros que ahora eran amigos nuevos gracias a su calidez y hospitalidad argentina única; recibieron muchos aplausos y felicitaciones por su excelente trabajo como guías turísticos. La clase de 5º B regresó a casa ese día con corazones llenos de alegría y orgullo.

Habían logrado cumplir su misión con éxito gracias al trabajo en equipo, dedicación e ingenio.

Y así, cada verano siguiente se convirtió en una tradición: ellos siempre serían recordados como los mejores guías De la Villa gracias al espíritu aventurero e inquebrantable determinación que demostraron aquel verano inolvidable.

FIN.

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