Los Guías Nocturnos de 5 B



Había llegado el verano a la Villa de Cangas, un pintoresco pueblo enclavado entre montañas y bañado por el mar.

La clase de 5 B estaba emocionada con su nuevo desafío: convertirse en guías turísticos para los visitantes extranjeros que llegarían en busca de aventuras y paisajes increíbles. El profesor Martín les explicó la tarea con entusiasmo: debían investigar sobre la historia del pueblo, sus tradiciones, lugares emblemáticos y actividades que se podían realizar.

Debían preparar folletos informativos en inglés y francés para ayudar a los turistas a disfrutar al máximo de su estadía en Cangas. Los niños se pusieron manos a la obra de inmediato.

Investigaron en la biblioteca local, entrevistaron a los vecinos más ancianos, exploraron cada rincón del pueblo tomando notas y fotografías. Trabajaron juntos con alegría y compromiso, sabiendo que esta era una oportunidad única para mostrar lo mejor de su querido hogar. Pasaron los días y el tiempo apremiaba.

El grupo se reunió una tarde en el aula para revisar su trabajo hasta ese momento.

Martina levantó la mano emocionada:"¡Chicos, tenemos que hacer algo especial para destacarnos! ¿Qué les parece si organizamos un recorrido nocturno por las calles iluminadas de Cangas? Será mágico". Todos asintieron entusiasmados con la idea. Decidieron crear faroles decorativos con frascos reciclados e invitar a los turistas a sumarse al paseo bajo las estrellas.

La noche del evento llegó y el pueblo estaba lleno de visitantes curiosos por descubrir sus encantos nocturnos. Los niños repartieron los folletos informativos mientras encendían los faroles improvisados.

Martina tomó la palabra:"¡Bienvenidos a nuestro recorrido nocturno por Cangas! Prepárense para vivir una experiencia inolvidable llena de historias fascinantes". Los turistas siguieron atentamente las indicaciones del grupo mientras caminaban por callejones empedrados iluminados por la luz tenue de los faroles. Escuchaban con admiración las leyendas locales, las anécdotas divertidas y las recomendaciones personalizadas de cada niño.

Al finalizar el recorrido, los turistas aplaudieron emocionados y felicitaron efusivamente a los pequeños guías por su excelente trabajo.

La noticia corrió como reguero de pólvora: "Los mejores guías De la Villa de Cangas son ¡los niños de 5 B!". El verano llegaba a su fin pero el orgullo y la satisfacción quedaban grabados en cada corazón infantil. Habían demostrado que con esfuerzo, creatividad y trabajo en equipo podían lograr grandes cosas.

Y así, entre risas y abrazos, la clase de 5 B cerraba este capítulo inolvidable en sus vidas escolares, listos para enfrentar nuevos retos con valentía y determinación.

FIN.

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