Los Hermanos y el Gran Viaje
Era una mañana brillante cuando Lucas y Sofía, dos hermanos muy curiosos, se preparaban para un viaje. Sus papás les habían contado que iban a visitar a su abuela en otro país, algo que los llenó de emoción y preguntas.
"¿Cuánto falta, mamá?" - preguntó Sofía con su rostro pegado a la ventana.
"En un par de horas estamos en el avión, mi amor. ¡A prepararse!" - respondió su mamá sonriendo.
Cuando finalmente llegaron al aeropuerto, Lucas miró a su alrededor con asombro. Había tantas cosas por ver: carteles luminosos, gente corriendo, y un sinfín de maletas por todas partes.
"¡Mirá Sofí! ¿Viste la cantidad de aviones?" - exclamó Lucas.
"Sí, son enormes. Espero que el nuestro sea el más rápido de todos." - dijo Sofía, con una sonrisa de oreja a oreja.
Después de pasar por los controles de seguridad y esperar un rato, por fin llegó el momento de abordar. Una vez en el avión, los hermanos se sentaron al lado de la ventanilla y miraron hacia abajo mientras el piloto anunciaba el despegue.
"¡Estamos volando!" - gritó Sofía con alegría.
Pero a medida que avanzaba el viaje, se dieron cuenta de que había algo extraño. La azafata anunció que, debido a un mal tiempo, tendrían que hacer una escala en una ciudad diferente antes de continuar hacia el destino original.
"¿Qué es una escala, mamita?" - preguntó Lucas, un poco confundido.
"Es cuando el avión se detiene en otra ciudad antes de llegar a su destino, para que pasen algunos pasajeros y suban otros, Lucas. No te preocupes, todavía vamos a ver a la abuela." - respondió su mamá.
Sin embargo, los retrasos continuaron. Tras un largo rato de espera en la escala, la azafata volvió a hablar.
"Lamentablemente, hemos tenido un problema técnico y debemos esperar un poco más. Aquí estaremos cómodos y seguros, pero les pedimos que tengan paciencia."
Lucas, aunque un poco decepcionado, miró a su hermana.
"No me gusta esto... Quiero ver a la abuela ya."
"Pero mira el lado positivo, podemos explorar un poco más esta ciudad nueva mientras esperamos. Quizás podemos hacer un amigo o encontrar algo divertido para hacer aquí." - sugirió Sofía, imitando el entusiasmo de su madre.
Lucas se pensó un momento, y luego dijo:
"Está bien, pero solo si encontramos algo rico para comer."
Así que decidieron salir a explorar, con la esperanza de que el tiempo pasara más rápido. Mientras caminaban, se encontraron con un grupo de niños que estaban jugando en un parque.
"Hola, ¿podemos jugar con ustedes?" - preguntó Sofía timidamente.
"¡Claro! ¿Quieren unirse a nuestro juego de la pelota?" - respondieron los chicos.
Los hermanos se unieron a ellos y comenzaron a jugar, riendo y corriendo. Lucas olvidó por un momento que estaban retrasados, y se divirtió mucho. Incluso hicieron nuevos amigos, y con eso Sofía tuvo una idea brillante:
"¿Y si les contamos sobre nuestra abuela y el viaje?" - sugirió Sofía.
Los nuevos amigos estaban muy interesados, y una de las niñas preguntó:
"¿Por qué es tan importante su abuela para ustedes?"
"Porque siempre nos cuenta historias sobre su vida y eso nos encanta!" - dijo Lucas con una sonrisa amplia.
"¡Yo quiero escuchar esas historias también!" - exclamó el nuevo grupo de amigos.
Al final, el tiempo pasó volando mientras jugaban y compartían historias.
Pero cuando regresaron al aeropuerto, los hermanos estaban preocupados.
"¿Crees que lleguemos a ver a la abuela hoy?" - preguntó Lucas.
"Sí, lo creo. Todo va a salir bien." - afirmó Sofía, con optimismo.
Finalmente, después de un largo día lleno de aventuras, finalmente subieron al avión nuevamente, y después de un último retraso, aterrizaron en el destino.
"¡Lo logramos! ¡Estamos aquí!" - gritó Sofía contenta mientras bajaban del avión.
Al salir, los esperaban sus abuelos con abrazos abiertos.
"¡Qué alegría verlos!" - dijo la abuela mientras los envolvía en su amoroso abrazo.
"Abuela, ¡te contamos sobre nuestro día y nuestros nuevos amigos!" - dijo Lucas rápidamente.
"¡Eso suena increíble! No puedo esperar a que me cuenten todo. Ahora, ¡a casa a disfrutar de unas ricas galletas caseras!" - respondió la abuela, riendo.
El viaje tuvo sus contratiempos, pero para Lucas y Sofía fue una aventura llena de aprendizaje, amistad y risas, recordándoles que a veces los obstáculos pueden ser oportunidades para hacer cosas nuevas y maravillosas.
Fin.
FIN.