Los héroes de Villa Feliz



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, un grupo de niños muy juguetones. Todos los días se reunían en el parque para inventar juegos y divertirse sin parar.

Pero había algo que no les gustaba: siempre tenían que jugar en el mismo lugar. Un día, mientras estaban sentados en el banco del parque, Martín tuvo una idea brillante.

Se levantó emocionado y dijo:- ¡Chicos! ¿Por qué no exploramos más allá del parque? Seguro hay muchos lugares nuevos donde podemos jugar. Todos los niños se miraron con entusiasmo y asintieron emocionados. Decidieron formar un equipo y ponerle nombre: "Los aventureros". Estaban listos para descubrir nuevos mundos llenos de diversión.

El primer lugar al que fueron fue al bosque cercano a Villa Feliz. Allí encontraron árboles gigantes, flores hermosas y hasta un río cristalino donde podían refrescarse. Jugaron a las escondidas entre los árboles y construyeron casitas con ramas y hojas.

Pero justo cuando pensaban que ya habían explorado todo el bosque, escucharon un ruido extraño proveniente de lo profundo del bosque. Era como si alguien necesitara ayuda.

Intrigados, siguieron el sonido hasta encontrar a una ardilla atrapada en una red de ramas. La pobre ardilla estaba asustada y no podía liberarse por sí sola. - ¡Tenemos que ayudarla! -exclamó Sofía-. Vamos a desatarla juntos. Los niños trabajaron en equipo para liberar a la ardilla.

Usaron palos y hojas para desenredar la red y finalmente, lograron liberarla. La ardilla estaba tan agradecida que decidió acompañar a los niños en su aventura. Los llamaron —"Ardi"  y se convirtió en su amiga fiel.

Juntos, continuaron explorando nuevos lugares: un lago misterioso lleno de nenúfares gigantes, una montaña con cuevas secretas e incluso una playa donde encontraron almejas marinas de todos los colores. Pero un día, mientras jugaban cerca del río, notaron algo extraño.

El agua estaba muy sucia y había basura flotando por todas partes. - ¡Esto no puede seguir así! -dijo Tomás-. Tenemos que hacer algo para limpiar el río. Los niños se organizaron rápidamente y comenzaron a reagarrar toda la basura que encontraban.

Se sorprendieron al ver cuánta había acumulada. Pero no se dieron por vencidos y trabajaron juntos hasta dejar el río completamente limpio. Su esfuerzo fue recompensado cuando vieron cómo los peces volvían a nadar libremente por el río cristalino.

Estaban felices de haber ayudado al medio ambiente. Después de aquella experiencia, los niños juguetones entendieron lo importante que era cuidar la naturaleza y decidieron formar un grupo llamado "Los guardianes del planeta".

A partir de ese momento, siempre dedicaban parte de su tiempo a limpiar parques, playas y bosques para mantenerlos hermosos.

Y así fue como "Los aventureros" se convirtieron en héroes del pueblo gracias a su espíritu de juego, trabajo en equipo y compromiso con el medio ambiente. Aprendieron que la diversión no solo está en los juegos, sino también en ayudar a los demás y cuidar el mundo que nos rodea. Y colorín colorado, este cuento de Los niños juguetones ha terminado.

FIN.

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