Los héroes del agua
En un hermoso bosque, vivían dos animales muy especiales: Lucas, un conejo de pelaje blanco y ojos brillantes, y Lola, una ardilla traviesa y curiosa. Ambos eran grandes amigos y siempre se divertían juntos.
Un día, mientras jugaban entre los árboles, Lucas y Lola notaron que el río que solía fluir con tanta fuerza ahora estaba casi seco. El sol había estado brillando durante mucho tiempo sin cesar, causando una gran sequía en el bosque.
Los animales del lugar estaban preocupados porque no tenían suficiente agua para beber. Lucas y Lola decidieron buscar una solución al problema.
Se dieron cuenta de que debían encontrar un lugar donde hubiera agua fresca y abundante para todos los habitantes del bosque. Sin perder tiempo, comenzaron su viaje hacia las montañas más altas del bosque. Creían que allí encontrarían una fuente de agua cristalina que podría ayudarlos a resolver la escasez.
Después de caminar durante horas bajo el calor agobiante del sol, llegaron a la cima de la montaña. Pero para su sorpresa, solo encontraron un pequeño charco de agua estancada. "¡Oh no! Esto no es suficiente para todos", exclamó Lucas desanimado.
Lola miró a su amigo con determinación y dijo: "No te preocupes Lucas, aún podemos encontrar otra fuente de agua". Decididos a seguir adelante, continuaron explorando cada rincón del bosque en busca de agua.
Pasaron por riachuelos secos y lagunas vacías hasta llegar al corazón mismo del bosque. Fue entonces cuando escucharon un suave sonido. Siguiendo el ruido, encontraron un pequeño manantial escondido entre los árboles. "¡Mira Lucas! ¡Encontramos agua!", gritó Lola emocionada. Ambos animales se acercaron al manantial y bebieron con avidez.
Pero pronto notaron que el manantial era demasiado pequeño para satisfacer la sed de todos los animales del bosque. Lucas comenzó a preocuparse nuevamente, pero Lola tuvo una idea brillante.
Recordó haber visto un arroyo más grande en las afueras del bosque cuando jugaban cerca de allí. "¡Vamos Lucas! Sé dónde podemos encontrar más agua", exclamó Lola entusiasmada. Sin perder tiempo, corrieron hacia el arroyo y descubrieron que estaba lleno de agua fresca y cristalina.
Era justo lo que necesitaban para resolver la escasez en el bosque. Los animales del lugar se reunieron junto al arroyo y celebraron jubilosos con Lucas y Lola por haber encontrado una solución a su problema.
Todos bebieron hasta saciar su sed y agradecieron a sus valientes amigos por no rendirse en su búsqueda. Desde aquel día, Lucas y Lola fueron conocidos como los héroes del bosque. Su determinación e ingenio habían salvado a todos los habitantes de la sequía.
La historia de Lucas y Lola enseñó a los animales del bosque la importancia de no rendirse ante las dificultades. Les recordó que siempre hay una solución si uno está dispuesto a buscarla con perseverancia y trabajo en equipo.
A partir de ese día, cada vez que llovía en el bosque, los animales agradecían a Lucas y Lola por su valentía y esfuerzo.
Y juntos, vivieron felices y en armonía, disfrutando del agua fresca que nunca más faltaría en su hogar. .
FIN.