Los héroes del espacio


Un día, mientras jugaban en el jardín de su casa, Juan Cruz y Gianluca vieron un extraño objeto volador en el cielo. Era redondo y brillante, con luces parpadeantes de diferentes colores.

Los hermanos no podían creer lo que veían. - ¡Mira Gianluca! -exclamó Juan Cruz emocionado-. Eso debe ser una nave espacial. - ¡Guau! -respondió Gianluca con asombro-.

¿Crees que alguien vino del espacio? Juan Cruz sonrió y le guiñó un ojo a su hermano menor. - Solo hay una manera de averiguarlo -dijo mientras se acercaba a la nave voladora. Gianluca siguió a su hermano mayor sin dudarlo ni un segundo.

Juntos, llegaron hasta la nave y notaron que había una pequeña puerta en la parte inferior. Sin pensarlo mucho, Juan Cruz abrió la puerta y los dos hermanitos entraron dentro de la nave. Una vez dentro, descubrieron que estaba vacía.

Pero algo llamó su atención: había varios botones extraños en las paredes de la nave. - Mira esto -dijo Juan Cruz señalando uno de los botones-. Dice —"Despegar" . Gianluca miró el botón con curiosidad pero luego frunció el ceño preocupado. - Espera Juan -dijo Gianluca-.

¿No deberíamos pedir permiso antes de despegar? No sabemos si esta es nuestra nave o si pertenece a alguien más. Juan Cruz asintió impresionado por la sabiduría de su hermanito menor. - Tienes razón, Gianluca -dijo-.

No podemos despegar sin saber a dónde vamos. Los hermanos decidieron buscar alguna pista dentro de la nave sobre quién era el dueño y hacia dónde se dirigía.

Después de revisar todo detenidamente, encontraron una pequeña nota en uno de los asientos que decía: "Por favor devolver a la NASA". - ¡La NASA! -exclamó Juan Cruz emocionado-. Esto debe ser una nave espacial real. Gianluca sonrió con orgullo por su hermano mayor pero luego frunció el ceño preocupado nuevamente.

- Pero ¿cómo vamos a devolverla? -preguntó Gianluca-. No sabemos cómo manejarla. Juan Cruz pensó un momento y luego sonrió con astucia. - Tengo una idea -dijo-.

Tal vez no sepamos cómo manejar esta nave, pero seguro podemos encontrar a alguien que sí sepa hacerlo. Los dos hermanos salieron de la nave y comenzaron a buscar ayuda. Después de caminar un rato, encontraron un grupo de astronautas entrenando en un campo cercano.

Los hermanitos corrieron hacia ellos y les contaron lo que había pasado. Los astronautas quedaron impresionados por la valentía y astucia de los dos hermanos. Juntos, lograron llevar la nave hasta la NASA para devolverla como corresponde.

Después del incidente, Juan Cruz y Gianluca se convirtieron en héroes locales e inspiración para muchos niños que soñaban con explorar el espacio. Aprendieron que nunca es tarde para seguir tus sueños y siempre hay alguien dispuesto a ayudarte si tienes el coraje suficiente para pedirlo.

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