Los Huesos Valientes
En el colorido reino de Osteópolis, donde los huesos vivían en armonía, había un grupo especial de huesos conocido como los Huesos Craneofaciales. Estos huesos, que formaban parte del rostro de los habitantes de Osteópolis, eran muy importantes porque les permitían sonreír, hablar y respirar.
Un día, un joven hueso llamado Max, que representaba la nariz, decidió que era hora de hacer algo grandioso. "¡Quiero hacer que todos en Osteópolis se sientan felices!"- exclamó con entusiasmo.
Sus amigos, un hueso maxilar llamado Lili y un hueso cheekbone llamado Tobi, se unieron a él. "Pero, Max, ¿cómo piensas lograr eso?"- le preguntó Lili, intrigada.
"¡Voy a organizar el primer Festival de Sonrisas!"- respondió Max.
El trio empezó a planearlo. Cada uno de ellos aportó su experiencia. Lili organizó un concurso de sonrisas, mientras que Tobi se encargó de la música. Todos los demás huesos estaban emocionados y querían ayudar.
Sin embargo, había un problema. En el lado opuesto de Osteópolis, vivía el temido Hueso Frontal, que siempre estaba gruñendo y hablando mal de los eventos alegres. "¿Qué necesidad hay de un festival?"- se quejaba el Hueso Frontal. "Sólo traerá ruido y desorden."-
Max y sus amigos estaban preocupados. "¿Y si el Hueso Frontal quiere arruinar nuestro festival?"- se lamentó Tobi.
"¡No podemos rendirnos!"- dijo Max, decidido. "Si todos colaboramos, podemos mostrarle lo divertido que es esto."-
Así que se lanzaron a invitar a todos los huesos de Osteópolis. El día del festival llegó, y el lugar estaba lleno de risas y sonrisas. Los huesos de todo tipo estaban disfrutando de los juegos, la música y el concurso de sonrisas.
Pero en medio de toda la alegría, el Hueso Frontal apareció. Max sintió un escalofrío. "¿Qué estará planeando?"- pensó.
El Hueso Frontal, con su mirada seria, miró alrededor y se resistió a la tentación de sonreír. "¡Esto es un desastre!"- bramó. "No hay que reírse tanto"-.
Pero justo en ese momento, un pequeño Huesito conocido como Tiny se acercó al Hueso Frontal. "¿Quieres jugar con nosotros?"- preguntó Tiny con una sonrisa deslumbrante. La pequeña Nasal y las Palas de Frontal se miraron, sorprendidas. "¿Yo? ¿Jugar?"- replicó el Hueso Frontal.
Tiny, con su inagotable energía, lo tomó de la mano. "¡Sí! No puedes hacer un festival sin bailar!"- le dijo mientras lo llevaba al centro de la pista de baile.
Al principio, el Hueso Frontal fue reacio. Pero al ver a todos riendo y disfrutando, una pequeña chispa de alegría comenzó a encenderse en su interior. "Esto… es… divertido"-, murmuró. Y de repente, se encontró sonriendo involuntariamente, levantando los pies al ritmo de la música.
Max, Lili y Tobi miraron boquiabiertos. "¡Mirá eso!"- gritó Lili.
El Festival de Sonrisas se volvió aún más vibrante con la participación del Hueso Frontal, que no solo se unió a los juegos, sino que también empezó a hacer algunos pasos de baile.
"Gracias por invitarme"- dijo el Hueso Frontal, mientras una enorme sonrisa se dibujaba en su rostro. "Nunca pensé que podría disfrutar tanto."-
Al final del día, todos en Osteópolis comprendieron que la alegría es contagiosa, y que a veces, solo hace falta una pequeña chispa de amabilidad para cambiar un corazón.
Max se sintió feliz. "Gracias, amigos. Creo que todos podemos hacer que nuestro reino sea un lugar aún más alegre."-
Y así, Osteópolis se convirtió en un lugar donde la risa era el lenguaje universal, y el Hueso Frontal ahora era el mayor promotor de sonrisas.
Los Huesos Craneofaciales aprendieron que no solo construyen la cara de sus amigos, sino que también pueden construir puentes de amistad y alegría. Y así, el Festival de Sonrisas se convirtió en una tradición anual, llenando el reino de Osteópolis de felicidad para siempre.
FIN.