Los intrépidos detectives del ruido



Había una vez un grupo de estudiantes muy aplicados que se encontraban en el último año de la escuela primaria.

Estos chicos, llamados Martina, Lucas, Sofía y Tomás, eran conocidos por ser los más inteligentes y dedicados de su clase. Un día, sus profesores decidieron llevarlos a un hotel para pasar cinco días estudiando intensivamente para las próximas pruebas finales.

Los padres de los niños estuvieron de acuerdo y confiaron en que esta experiencia les ayudaría a obtener mejores resultados. Cuando llegaron al hotel, los niños quedaron sorprendidos por lo grande y lujoso que era. Sin embargo, algo extraño comenzó a ocurrir desde el primer día: cada noche escuchaban ruidos extraños provenientes de las habitaciones contiguas.

Martina fue la primera en notar algo inusual. "-¿Escuchan eso? Parece como si alguien estuviera llorando", dijo asustada. Los demás también lo oyeron y se preguntaron qué podría estar pasando.

Al día siguiente, mientras estudiaban juntos en una sala común del hotel, vieron a uno de sus profesores entrar apresuradamente y dirigirse hacia la recepción del lugar. Intrigados, decidieron seguirlo sigilosamente. Descubrieron que había estado hablando con el gerente del hotel sobre los extraños ruidos nocturnos.

El gerente explicó que se trataba solo del viento soplando fuerte contra las ventanas debido a la ubicación elevada del edificio. Sin embargo, los chicos no se convencieron completamente y decidieron investigar por su cuenta durante esa noche.

Se armaron con linternas y caminaron por los pasillos oscuros del hotel, dispuestos a descubrir la verdad. Mientras exploraban, encontraron una puerta que parecía estar cerrada con llave. Tomás, el más valiente del grupo, decidió forzarla para ver qué había detrás.

Para su sorpresa, descubrieron una habitación secreta llena de herramientas y objetos extraños. De repente, escucharon un ruido proveniente de otra habitación cercana y se acercaron sigilosamente.

¡Era uno de sus profesores! Estaba hablando por teléfono con alguien y mencionando algo sobre "arruinar todo". Los chicos quedaron perplejos. Rápidamente regresaron a su habitación y discutieron lo que habían visto. Decidieron confrontar al profesor al día siguiente para averiguar qué estaba pasando realmente.

Al día siguiente, durante el desayuno en el comedor del hotel, Martina se acercó al profesor y le preguntó directamente: "-¿Qué está pasando? ¿Por qué estás haciendo cosas extrañas aquí en el hotel?"El profesor se quedó sin palabras por un momento antes de confesar: "-Estoy muy preocupado porque si ustedes obtienen mejores resultados que yo en las pruebas finales, mi reputación como maestro se verá afectada".

Los chicos no podían creer lo que estaban escuchando. Aunque entendían su preocupación, les parecía injusto que él intentara arruinar su oportunidad de tener éxito académico solo por egoísmo.

Decidieron hablar con los otros profesores sobre lo ocurrido y juntos encontraron una solución: ofrecerle al profesor ayuda adicional para prepararse para las pruebas, de modo que pudiera sentirse más seguro y confiado en sí mismo.

A lo largo de los cinco días restantes en el hotel, todos trabajaron juntos, estudiando y apoyándose mutuamente. Los chicos demostraron su verdadera amistad y compasión al ayudar al profesor a superar sus miedos. Finalmente, llegó el día de las pruebas finales y todos se sintieron seguros y preparados.

Cada uno dio lo mejor de sí mismo y obtuvieron excelentes resultados. El profesor aprendió una valiosa lección sobre la importancia del trabajo en equipo y la amistad. Reconoció el esfuerzo de los chicos por ayudarlo a superar sus temores e inseguridades.

Desde aquel día, Martina, Lucas, Sofía y Tomás se convirtieron en un equipo inseparable.

Siempre recordaban la experiencia del hotel como un momento crucial en su vida escolar donde aprendieron que con amor, comprensión y apoyo mutuo podían enfrentar cualquier desafío que se les presentara. Y así fue como estos cuatro amigos descubrieron que incluso en situaciones difíciles o aterradoras, siempre hay una oportunidad para crecer juntos y convertirse en personas aún mejores.

FIN.

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