Los Justicieros del Parque



Era un día brillante en la ciudad de Colibrí, y un grupo de niños estaba jugando en el parque que solían llamar su segundo hogar. Entre risas y juegos, se encontraban Tomi, una pequeña que siempre llevaba su gorra roja, Lucía, una niña con una gran imaginación, y Leo, un apasionado por los dinosaurios.

Un día, mientras jugaban de la forma que más les gustaba, una sombra oscura se abalanzó sobre ellos. Era el Sr. Gris, un villano que había decidido que ese parque sería su nuevo centro de operaciones. El Sr. Gris robaba alegría y la convertía en tristeza. Con su varita mágica, desparecía los juguetes y llenaba el aire de nubes grises.

"¡Eso no se puede permitir!" - dijo Tomi, decidida.

"¿Qué podemos hacer?" - preguntó Lucía, preocupada.

"¡Podemos convertirnos en superhéroes!" - exclamó Leo, levantando su puño al aire.

Los amigos decidieron que tenían que enfrentarlo. Se pusieron capas que habían hecho con mantas viejas y se dibujaron unos logotipos en el pecho. Tomi sería "La Capitana Sonrisa", Lucía sería "La Inventora de Sueños" y Leo tendría el nombre de "El Guerrero Dino".

"Ahora, ¡vamos a salvar el parque!" - gritó Tomi con confianza.

Al acercarse al centro del parque, se dieron cuenta de que las cosas estaban peor de lo que pensaban. El Sr. Gris había creado un muro de nubes grises, y estaba vacío de niños y alegría.

"¡Detente, Sr. Gris!" - le gritó La Capitana Sonrisa.

"¿Y quiénes son ustedes para detenerme?" - preguntó el villano con una risa burlona.

Lucía se armó de valor y dijo:

"¡Nosotros somos los Justicieros del Parque, y estamos aquí para hacer que la alegría regrese!"

"¿Creen que pueden ganarme?" - sonrió el Sr. Gris, mientras agitaba su varita.

En ese momento, El Guerrero Dino se puso a pensar en una idea brillante y dijo:

"¡Le vamos a devolver la alegría!"

Con su valentía, los tres se unieron para crear un plan. La Inventora de Sueños se puso a hacer dibujos en el suelo con tiza de colores, que representaban cosas que hacían felices a los niños: juegos, risas, y risas entre familias. Mientras hacía eso, La Capitana Sonrisa intentó hacer que las nubes se disiparan con sus mejores chistes y chistes.

El Sr. Gris estaba confundido.

"¡Estos niños no pueden hacerme cambiar!" - dijo, pero cada risa y cada color que aparecía atacaba su poder.

¡Al final, el aire comenzó a despejarse! Las risas y los colores llenaron el parque nuevamente. El Sr. Gris empezó a desesperarse.

"Esto no se suponía que iba a pasar..." - murmuró.

"¡Es hora de acabar con esto!" - dijo La Capitana Sonrisa.

Con una gran voz, Leo exclamó:

"¡Todos juntos, un grito de alegría!" - Y los tres gritaron a todo pulmón. La voz de la alegría resonó en el aire, y el Sr. Gris, enfrentando todo ese poder, empezó a encogerse.

Finalmente, todo lo que él había robado se devolvió al parque y se desvaneció como un mal sueño.

El Sr. Gris, despojado de su poder, se dio cuenta de lo equivocado que estaba y prometió ayudar a los niños a recuperar los lugares que había oscurecido.

"Lo siento. No sabía que la alegría era tan fuerte," - dijo, mientras el sol brillaba nuevamente.

"No hay problema, podés empezar de nuevo", - le dijo La Capitana Sonrisa con una sonrisa.

"En el parque siempre hay espacio para amigos", - añadió La Inventora de Sueños.

El Sr. Gris se convirtió en un nuevo amigo y juntos prometieron cuidar el parque para que todos pudieran disfrutarlo. Así, La Capitana Sonrisa, La Inventora de Sueños y El Guerrero Dino aprendieron que con valentía, creatividad y amistad, cualquier reto podía superarse, convirtiéndose en verdaderos Justicieros del Parque.

Desde ese día, el parque se llenó de sombras de juegos y risas, un lugar donde la felicidad nunca desapareció de nuevo.

FIN.

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